El Sr. Trump se ha propuesto devolver a los EUA el sueño americano, consistente en hacerse rico por la gracia del buen hacer capitalista. Mientras el resto del mundo parecía que trabajaba para este sueño todo iba bien, pero resulta que el capitalismo es más ingenioso que el mayor de los soñadores norteamericanos. China, el sureste asiático y algunos otros países del globo planetario trabajan a bajo coste y ofrecen materia prima casi regalada pero también se las ingenia para controlar el proceso de producción global y beneficiarse de él.
Los EUA se han dado cuenta de que no es suficiente con usar la CIA y el dinero desregularizado para corromper estados-nación y forzar a los gobiernos a que acepten por las buenas o las malas trabajar para el sueño americano, o bien aislarlos del comercio global e imponerles sanciones, provocar guerras internas o invadirlos si no se amoldan a este fin. Tampoco es suficiente con forzar a todo el Sur Global a aceptar la autoridad del dólar, del cual depende soportar la enorme presión de la deuda norteamericana y mantener artificialmente la financiación de las empresas norteamericanas con el mercado de capitales.
Por una suerte simple y lógica del capitalismo más simple y rudo, pensando solamente en explotar la mano de obra y los bienes primarios a bajo coste de China y todo el Sur Global, y en repartir este beneficio entre los conciudadanos norteamericanos y bajar impuestos a las grandes fortunas (y facilitar la evasión de capitales), en pocas décadas, en los EUA se han ensanchado las desigualdades. A su vez, allí no se trabaja al bajo coste que soporta el Sur Global, como tampoco lo hace Europa Occidental y el brazo de la potencia postcolonial británica con el soporte de ciertos aliados adicionales que se han sometido a sus intereses, por razones de ley de guerra impuesta o de guerra indeseada. Y surge el fallo: producir en los EUA, Europa y el Norte Global es más costoso que en el Sur, con lo cual, con un Sur mucho más cuantioso en mano de obra, extensión geográfica y peso demográfico, por mucho que se controle artificialmente el mercado global, las bolsas y el valor de las divisas, la deuda se acumula en el Norte y la balanza comercial tiende a ser cada vez menos ventajosa, o deficitaria, sin capacidad de autorregularse y, de hacerse de un modo regulado, sin capacidad de evitar provocar una conmoción económica y social en sus países.
Todo este sistema, inestable y cambiante por naturaleza, tambalea. Ya no es suficiente con mantener presión al Sur Global, en los frentes ideológico, comercial y militar. El Sur no para de crecer, y el Norte de perder peso relativo, y su dominio.
Parece que ésta es la razón de todo el cúmulo de decisiones que ha tomado el Sr. Trump. Para ponerle remedio, al entender de esta simple pluma, se ha propuesto resolver la deuda pública de los EUA y la balanza comercial (y de pagos) de este modo:
- Para mantener bajos los impuestos a las grandes fortunas y prometerles mayor capacidad adquisitiva, sin alterar la actual fiscalidad que los beneficia, ha puesto en el punto de mira a la hacienda pública (quien cobra los impuestos) y al mercado global que compite con ellas (quien les molesta). Pero en lugar de asumirlo y trabajar constructivamente para conducir de un modo sensato esta situación, el Sr. Trump y todo lo que representa no es honesto y se comporta manifiestamente mentiroso y agresivo. En primer lugar, ha abusado del ideal más neoliberal, e ingenuo, que cree que un país funciona mejor sin intervención estatal en el mercado, aunque la sociedad creada sea enormemente desigual y ello genere una plutocracia donde la parte más desfavorecida reste fuera de todo beneficio. En segundo lugar, ha usado a un empresario que ejemplifica este ideal (Elon Musk) para eliminar drásticamente el gasto público, sin debate, sin oposición, sin considerar el impacto social, que también es ecológico, y quienes serán los más afectados: los más vulnerables por condición económica, de salud o dependencia, por no decir de raza, credo y género y, como se ha comentado, el medio natural.
- Para reajustar la balanza comercial de exportaciones e importaciones a su favor, debido a que los chinos y todos sus socios parecen ser cada día más competitivos, los ha puesto en el punto de mira, incluso a Europa y a todo aquél por el simple hecho de hacer negocios con ellos, pero en lugar de asumirlo y trabajar constructivamente para conducir de un modo sensato esta situación, no es honesto y se comporta manifiestamente mentiroso y agresivo. Culpabiliza a los chinos y a sus socios estratégicos de ser malos, de ser una amenaza para sus intereses y los declara sus enemigos. Al resto, les estira las orejas y les enseña los dientes, tal como si fueran los reyes de la selva. A su vez, les impone unos cuantiosos aranceles con la esperanza de que sean menos competitivos y esto financie la deuda pública de la federación norteamericana, sin considerar el impacto en la inflación interior y en las economías menos pudientes, que ven como su economía no alcanza a cubrir la cesta básica.
Y para reajustar la balanza de pagos, que incluye todas las transacciones económicas entre los EUA y el resto del mundo, crea un estado de tensión manipulada para conseguir, en lo posible, sacarle un beneficio económico (el sueño de su hegemonía), que debe ser, ante la ausencia de honestidad, necesariamente violento. De este modo:
- Para mantener una amenaza paralela en el continente americano, que a su vez incorpore un mensaje de apoyo a la raza blanca anglosajona que ve perder su peso relativo año tras año en los EUA, mientras da respuesta a cómo esta presión afecta de modo especial en los estados fronterizos con México, se da cuenta de que los latinoamericanos son capaces de trabajar a bajo coste, muy por debajo de lo que los blancos anglosajones estadounidenses de origen creen que es adecuado para los EUA, y los pone en el punto de mira. Quiere que dejen de venir a los EUA e incluso que se vayan para contener su crecimiento. La idea es que, con los cambios que aspira imponer, parte de su vacío sea para dar trabajo a sus conciudadanos “blancos”, que los culpan de quitarles el trabajo. Pero en lugar de asumirlo y trabajar constructivamente para conducir de un modo sensato esta situación, no es honesto y se comporta manifiestamente mentiroso y agresivo. Los culpabiliza de ser mala gente, delincuentes y responsables de la adicción a las drogas en los EUA, para que se vayan y no vengan más, mientras exige a todos los países latinoamericanos y del Caribe que se amolden a este cambio de política migratoria con la amenaza de forzar la desestabilización política en sus tierras. A su vez, pero de otro modo, convierte dicha amenaza en los países más afines del norte, Groenlandia y Canadá, en una invasión forzada por medios pacíficos.
- Para mantener una amenaza paralela al Oriente Medio, que a su vez incorpore el ideal judeocristiano de la “Tierra Prometida” (Israel), en unos EUA marcados y dominados por un sionismo poderoso y una visión complementaria cristiana ante una tierra eminentemente mahometana, se da cuenta de que su gas y su petróleo es también codiciado por China y sus socios, incluso por Europa. Y quiere evitarlo a toda costa. Pero en lugar de asumirlo y trabajar constructivamente para conducir de un modo sensato esta situación, no es honesto y se comporta manifiestamente mentiroso y agresivo. Sin decirlo en voz alta los hace enemigos de (su) Dios. Desde hace décadas, todos los países de esta región y su área de influencia africana que no han aceptado su presión han ido cayendo en desgracia, de un modo siniestro y vil en el caso de Palestina, Líbano, Siria y, por lo que se avecina, Irán, el último bastión de esta lucha desigual, en un doble sentido. Desigual en el sentido de la violencia, y en el de justicia. La violencia es dominada por los EUA-Israel, y la justicia por el mundo árabe-musulmán. Y esta situación, hoy en día, no se puede manipular con el cuarto poder, los medios de comunicación, pese a hacer todo lo posible para conseguirlo.
- Para mantener una amenaza paralela a toda Europa, a Occidente y a Rusia de un modo particular por ser un enemigo histórico y por sus intereses afines con China, consciente de su capacidad de beneficiarse mutuamente de un comercio interior Europa-Rusia-China que tiene capacidad de excluir a los EUA, ha usado a su poderosa industria militar y la OTAN, la alianza militar de Occidente nacida en plena Guerra Fría (después de la Segunda Guerra Mundial) para romper esta relación natural. En lugar de asumirlo y trabajar constructivamente para conducir de un modo sensato esta situación, que parta de la idea de reconocer que el negocio de la guerra no debe ser usado para crear beneficios económicos y por lo contrario debe de ser el último recurso, opta por la deshonestidad y se comporta manifiestamente mentiroso y agresivo. Con la connivencia de la Unión Europea (UE), alimentando la rusofobia existente en Europa creada por la lucha ideológica entre capitalismo y comunismo soviético que se creía superada, ha impulsado una guerra Ucrania-Rusia, tras seducir a la mayor parte de países que lindan con Rusia a entrar en la UE y acceder a la “seguridad” de la OTAN, para aislar a Rusia y forzar a toda la UE a depender más económicamente de los EUA y su industria armamentística, beneficiando a su vez a sus balanzas de pagos y comercial. Les da igual que hayan muerto, se hayan herido o hayan entrado en crisis o decadencia cientos de miles de personas (o millones), siendo todos ellos pueblos hermanos, y cristianos. Y les da igual corromper la ya corrompida política europea, desde hace décadas obnubilada por la competencia económica.
Y la lista continúa, en el mar de China, en las tensiones China-Taiwán, en las Coreas del Norte y del Sur, sin olvidar el cruel impacto, crónico y alargado en el tiempo, que afecta a todo África en este pulso Norte-Sur de herencia colonial europea. Y el caso de Cuba, Venezuela, etcétera.
Toda esta reacción deshonesta y violenta del Sr. Trump no es más que la expresión más inmoral de cómo se comporta el ser humano cuando hace de la acumulación de plusvalías el fin último que debe regir toda su actividad, y sigue el filo de un ideal divino, profético y predestinado, de su superioridad moral (sionista, cristiano y capitalista). El actual paradigma del progreso y el poder que da el control de la producción de bienes y su venta, donde existe el derecho a luchar por ellos porque así lo ha apoyado Dios, es imperfecto y está condenado a morir de éxito, una vez todo lo creado se limite a una cifra digital enorme con un valor seguido de millones de ceros, con un mundo sin moral, sin calidad de vida y con una naturaleza muerta.
El último suspiro del capitalismo que se resiste a desaparecer acaba de iniciar su última fase, la más violenta, en manos de una persona, un país, unos poderes y unos ideales que lamentablemente sufrimos, pero que a su vez idolatramos, como si de un espectáculo se tratase, sin renunciar a las comodidades que ofrece y promete. Y, haciéndolo, a su vez lo alimentamos, toleramos y justificamos pasivamente, sin ser conscientes de su condición violenta estructural, y de que cualquier día nos tocará a nosotros, si no le hacemos frente, de verdad.
(*) Andreu Marfull Pujadas, Profesor en Planificación y Geografía Urbana a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México
El Sr. Trump se ha propuesto devolver a los EUA el sueño americano, consistente en hacerse rico por la gracia del buen hacer capitalista. Mientras el resto del mundo parecía que trabajaba para este sueño todo iba bien, pero resulta que el capitalismo es más ingenioso que el mayor de los soñadores norteamericanos. China, el
El Sr. Trump se ha propuesto devolver a los EUA el sueño americano, consistente en hacerse rico por la gracia del buen hacer capitalista. Mientras el resto del mundo parecía que trabajaba para este sueño todo iba bien, pero resulta que el capitalismo es más ingenioso que el mayor de los soñadores norteamericanos. China, el sureste asiático y algunos otros países del globo planetario trabajan a bajo coste y ofrecen materia prima casi regalada pero también se las ingenia para controlar el proceso de producción global y beneficiarse de él.
Los EUA se han dado cuenta de que no es suficiente con usar la CIA y el dinero desregularizado para corromper estados-nación y forzar a los gobiernos a que acepten por las buenas o las malas trabajar para el sueño americano, o bien aislarlos del comercio global e imponerles sanciones, provocar guerras internas o invadirlos si no se amoldan a este fin. Tampoco es suficiente con forzar a todo el Sur Global a aceptar la autoridad del dólar, del cual depende soportar la enorme presión de la deuda norteamericana y mantener artificialmente la financiación de las empresas norteamericanas con el mercado de capitales.
Por una suerte simple y lógica del capitalismo más simple y rudo, pensando solamente en explotar la mano de obra y los bienes primarios a bajo coste de China y todo el Sur Global, y en repartir este beneficio entre los conciudadanos norteamericanos y en bajar impuestos a las grandes fortunas (y facilitar la evasión de capitales), en pocas décadas, en los EUA se han ensanchado las desigualdades. A su vez, allí no se trabaja al bajo coste que soporta el Sur Global, como tampoco lo hace Europa Occidental y el brazo de la potencia postcolonial británica con el soporte de ciertos aliados adicionales que se han sometido a sus intereses, por razones de ley de guerra impuesta o de guerra indeseada. Y surge el fallo: producir en los EUA, Europa y el Norte Global es más costoso que en el Sur, con lo cual, con un Sur mucho más cuantioso en mano de obra, extensión geográfica y peso demográfico, por mucho que se controle artificialmente el mercado global, las bolsas y el valor de las divisas, la deuda se acumula en el Norte y la balanza comercial tiende a ser cada vez menos ventajosa, o deficitaria, sin capacidad de autorregularse y, de hacerse de un modo regulado, sin capacidad de evitar provocar una conmoción económica y social en sus países.
Todo este sistema, inestable y cambiante por naturaleza, tambalea. Ya no es suficiente con mantener presión al Sur Global, en los frentes ideológico, comercial y militar. El Sur no para de crecer, y el Norte de perder peso relativo, y su dominio.
Parece que ésta es la razón de todo el cúmulo de decisiones que ha tomado el Sr. Trump. Para ponerle remedio, al entender de esta simple pluma, se ha propuesto resolver la deuda pública de los EUA y la balanza comercial (y de pagos) de este modo:
- Para mantener bajos los impuestos a las grandes fortunas y prometerles mayor capacidad adquisitiva, sin alterar la actual fiscalidad que los beneficia, ha puesto en el punto de mira a la hacienda pública (quien cobra los impuestos) y al mercado global que compite con ellas (quien les molesta). Pero en lugar de asumirlo y trabajar constructivamente para conducir de un modo sensato esta situación, el Sr. Trump y todo lo que representa no es honesto y se comporta manifiestamente mentiroso y agresivo. En primer lugar, ha abusado del ideal más neoliberal, e ingenuo, que cree que un país funciona mejor sin intervención estatal en el mercado, aunque la sociedad creada sea enormemente desigual y ello genere una plutocracia donde la parte más desfavorecida reste fuera de todo beneficio. En segundo lugar, ha usado a un empresario que ejemplifica este ideal (Elon Musk) para eliminar drásticamente el gasto público, sin debate, sin oposición, sin considerar el impacto social, que también es ecológico, y quienes serán los más afectados: los más vulnerables por condición económica, de salud o dependencia, por no decir de raza, credo y género y, como se ha comentado, el medio natural.
- Para reajustar la balanza comercial de exportaciones e importaciones a su favor, debido a que los chinos y todos sus socios parecen ser cada día más competitivos, los ha puesto en el punto de mira, incluso a Europa y a todo aquél por el simple hecho de hacer negocios con ellos, pero en lugar de asumirlo y trabajar constructivamente para conducir de un modo sensato esta situación, no es honesto y se comporta manifiestamente mentiroso y agresivo. Culpabiliza a los chinos y a sus socios estratégicos de ser malos, de ser una amenaza para sus intereses y los declara sus enemigos. Al resto, les estira las orejas y les enseña los dientes, tal como si fueran los reyes de la selva. A su vez, les impone unos cuantiosos aranceles con la esperanza de que sean menos competitivos y esto financie la deuda pública de la federación norteamericana, sin considerar el impacto en la inflación interior y en las economías menos pudientes, que ven como su economía no alcanza a cubrir la cesta básica.
Y para reajustar la balanza de pagos, que incluye todas las transacciones económicas entre los EUA y el resto del mundo, crea un estado de tensión manipulada para conseguir, en lo posible, sacarle un beneficio económico (el sueño de su hegemonía), que debe ser, ante la ausencia de honestidad, necesariamente violento. De este modo:
- Para mantener una amenaza paralela en el continente americano, que a su vez incorpore un mensaje de apoyo a la raza blanca anglosajona que ve perder su peso relativo año tras año en los EUA, mientras da respuesta a cómo esta presión afecta de modo especial en los estados fronterizos con México, se da cuenta de que los latinoamericanos son capaces de trabajar a bajo coste, muy por debajo de lo que los blancos anglosajones estadounidenses de origen creen que es adecuado para los EUA, y los pone en el punto de mira. Quiere que dejen de venir a los EUA e incluso que se vayan para contener su crecimiento. La idea es que, con los cambios que aspira imponer, parte de su vacío sea para dar trabajo a sus conciudadanos “blancos”, que los culpan de quitarles el trabajo. Pero en lugar de asumirlo y trabajar constructivamente para conducir de un modo sensato esta situación, no es honesto y se comporta manifiestamente mentiroso y agresivo. Los culpabiliza de ser mala gente, delincuentes y responsables de la adicción a las drogas en los EUA, para que se vayan y no vengan más, mientras exige a todos los países latinoamericanos y del Caribe que se amolden a este cambio de política migratoria con la amenaza de forzar la desestabilización política en sus tierras. A su vez, pero de otro modo, convierte dicha amenaza en los países más afines del norte, Groenlandia y Canadá, en una invasión forzada por medios pacíficos.
- Para mantener una amenaza paralela al Oriente Medio, que a su vez incorpore el ideal judeocristiano de la “Tierra Prometida” (Israel), en unos EUA marcados y dominados por un sionismo poderoso y una visión complementaria cristiana ante una tierra eminentemente mahometana, se da cuenta de que su gas y su petróleo es también codiciado por China y sus socios, incluso por Europa. Y quiere evitarlo a toda costa. Pero en lugar de asumirlo y trabajar constructivamente para conducir de un modo sensato esta situación, no es honesto y se comporta manifiestamente mentiroso y agresivo. Sin decirlo en voz alta los hace enemigos de (su) Dios. Desde hace décadas, todos los países de esta región y su área de influencia africana que no han aceptado su presión han ido cayendo en desgracia, de un modo siniestro y vil en el caso de Palestina, Líbano, Siria y, por lo que se avecina, Irán, el último bastión de esta lucha desigual, en un doble sentido. Desigual en el sentido de la violencia, y en el de justicia. La violencia es dominada por los EUA-Israel, y la justicia por el mundo árabe-musulmán. Y esta situación, hoy en día, no se puede manipular con el cuarto poder, los medios de comunicación, pese a hacer todo lo posible para conseguirlo.
- Para mantener una amenaza paralela a toda Europa, a Occidente en particular y a Rusia de un modo particular por ser un enemigo histórico y por sus intereses afines con China, consciente de su capacidad de beneficiarse mutuamente de un comercio interior Europa-Rusia-China que tiene capacidad de excluir a los EUA, ha usado a su poderosa industria militar y la OTAN, la alianza militar de Occidente nacida en plena Guerra Fría (después de la Segunda Guerra Mundial) para romper esta relación natural. En lugar de asumirlo y trabajar constructivamente para conducir de un modo sensato esta situación, que parta de la idea de reconocer que el negocio de la guerra no debe ser usado para crear beneficios económicos y por lo contrario debe de ser el último recurso, opta por la deshonestidad y se comporta manifiestamente mentiroso y agresivo. Con la connivencia de la Unión Europea (UE), alimentando la rusofobia existente en Europa creada por la lucha ideológica entre capitalismo y comunismo soviético que se creía superada, ha impulsado una guerra Ucrania-Rusia, tras seducir a la mayor parte de países que lindan con Rusia a entrar en la UE y acceder a la “seguridad” de la OTAN, para aislar a Rusia y forzar a toda la UE a depender más económicamente de los EUA y su industria armamentística, beneficiando a su vez a sus balanzas de pagos y comercial. Les da igual que hayan muerto, se hayan herido o hayan entrado en crisis o decadencia cientos de miles de personas (o millones), siendo todos ellos pueblos hermanos, y cristianos. Y les da igual corromper la ya corrompida política europea, desde hace décadas obnubilada por la competencia económica.
Y la lista continúa, en el mar de China, en las tensiones China-Taiwán, en las Coreas del Norte y del Sur, sin olvidar el cruel impacto, crónico y alargado en el tiempo, que afecta a todo África en este pulso Norte-Sur de herencia colonial europea. Y el caso de Cuba, Venezuela, etcétera.
Toda esta reacción deshonesta y violenta del Sr. Trump no es más que la expresión más inmoral de cómo se comporta el ser humano cuando hace de la acumulación de plusvalías el fin último que debe regir toda su actividad, sigue el filo de un ideal divino, profético y predestinado, de su superioridad moral (sionista, cristiano y capitalista). El actual paradigma del progreso y el poder que da el control de la producción de bienes y su venta, donde existe el derecho a luchar por ellos porque así lo ha apoyado Dios, es imperfecto y está condenado a morir de éxito, una vez todo lo creado se limite a una cifra digital enorme con un valor seguido de millones de ceros, con un mundo sin moral, sin calidad de vida y con una naturaleza muerta.
El último suspiro del capitalismo que se resiste a desaparecer acaba de iniciar su última fase, la más violenta, en manos de una persona, un país, unos poderes y unos ideales que lamentablemente sufrimos, pero que a su vez idolatramos, como si de un espectáculo se tratase, sin renunciar a las comodidades que ofrece y promete. Y, haciéndolo, a su vez lo alimentamos, toleramos y justificamos pasivamente, sin ser conscientes de su condición violenta estructural, y de que cualquier día nos tocará a nosotros, si no le hacemos frente, de verdad.
(*) Andreu Marfull Pujadas, Profesor en Planificación y Geografía Urbana a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México
Opinión – Diario Digital Nuestro País