San José, 18 jun (Elpais.cr).- Seis meses después de aprobada la Ley 10604, que prometía un nuevo comienzo para miles de trabajadores independientes en condición de morosidad con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el proceso continúa estancado.
La ausencia del reglamento que permitiría aplicar la normativa mantiene en el limbo a quienes buscaban regularizar su situación.
La Asociación Borrón y Cuenta Nueva, que agrupa a trabajadores independientes de distintos sectores, denunció la inacción institucional y exigió respuestas inmediatas.
“No hay excusa moral ni técnica que justifique el silencio y el actuar de algunos funcionarios de la CCSS”, manifestó Joseph Ugalde, vocero de la Asociación.
Para esta organización, la falta de reglamentación representa no solo una omisión burocrática, sino una traición a la buena fe de los contribuyentes que acudieron con intención genuina de cumplir sus obligaciones.
Una promesa incumplida
La Ley 10604, aprobada a finales de 2024, fue recibida con esperanza por miles de trabajadores independientes que enfrentaban deudas históricas con la Caja.
Sin embargo, seis meses después de su entrada en vigencia, el reglamento que debe darle operatividad sigue sin emitirse, lo que en la práctica paraliza cualquier avance.
Según Ugalde, esta demora solo puede explicarse por un “desinterés institucional” que ha derivado en un acto de “indiferencia inaceptable” hacia una población que busca saldar sus compromisos con la seguridad social. “No se trata de evasores”, recalcó.
“Son ciudadanos que enfrentaron cuotas impagables, trámites imposibles y una absoluta inflexibilidad por parte de la institución. En muchos casos, era una elección entre comer o pagar la CCSS”.
Un sistema que excluye
Desde la experiencia de los afiliados a la Asociación Borrón y Cuenta Nueva, los intentos de acogerse a los procesos de condonación en el pasado han estado marcados por múltiples obstáculos:
-
Errores en el procedimiento: Funcionarios encargados de tramitar solicitudes aplicaron mal el procedimiento, según denuncian los afectados.
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Cobros indebidos: Se incluyeron montos correspondientes a servicios médicos o periodos prescritos, que legalmente no deberían haber sido parte del arreglo.
-
Falta de estandarización: La ausencia de criterios claros por parte de la CCSS provocó procesos lentos, confusos y con cálculos erróneos que volvieron las deudas impagables.
Como resultado, miles de trabajadores quedaron fuera del proceso de condonación anterior, a pesar de haber acudido en el plazo estipulado. Hoy, el borrador del nuevo reglamento establece que quienes perdieron esa oportunidad simplemente no tendrán otra. “Eso no es justo”, advirtió Ugalde. “Estas no son personas adineradas. Son trabajadores sin salario fijo que viven al día”.
Tres condiciones mínimas para el reglamento
La Asociación subrayó que, tras la consulta pública, hay tres puntos esenciales que el reglamento debe incluir para ser justo y efectivo:
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Una segunda oportunidad real para quienes, por causas ajenas a su voluntad o por errores institucionales, no pudieron acogerse al beneficio en el plazo anterior. Negar esta posibilidad, afirmaron, sería castigar a quienes sí quisieron cumplir.
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Suspensión automática de cuotas en casos de incapacidad, ya que el subsidio que otorga la institución durante esos periodos no alcanza para cubrir las cuotas, lo que deja al asegurado en incumplimiento forzoso.
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Aplicación del criterio jurídico del Colegio de Abogados y Abogadas, que establece que no deben cobrarse honorarios legales en deudas prescritas.
“Negar esta segunda oportunidad es condenar al olvido a quienes sí quisieron cumplir”, insistió Ugalde. “La deuda no es solo económica, también es moral: urge enmendar el daño que una mala implementación provocó en miles de hogares trabajadores”.
Llamado urgente a la Junta Directiva
En su pronunciamiento público, la Asociación hizo un llamado urgente a la Junta Directiva de la CCSS y a las autoridades responsables de emitir el reglamento: “Ya es hora de actuar. Ya es hora de responder con humanidad y justicia social”.
Afirmaron que cada día de retraso institucional representa un día más de angustia, injusticia y exclusión para miles de costarricenses que solo piden una oportunidad de volver a empezar.
El caso plantea cuestionamientos serios sobre la gestión de la institución frente a sectores históricamente excluidos. El reclamo no es menor: se trata de personas que desean contribuir, pero que han sido atrapadas en un sistema que, lejos de facilitar el cumplimiento, lo obstaculiza.
La paradoja de la rigidez institucional
Desde la perspectiva de Borrón y Cuenta Nueva, la rigidez institucional de la CCSS se convierte en una paradoja. Mientras se exige el cumplimiento estricto de las obligaciones por parte de los ciudadanos, la institución misma falla en ofrecer procedimientos accesibles y humanos.
El retraso en la emisión del reglamento es solo el último capítulo de una historia de desencuentros y desconexión con la realidad de los trabajadores independientes.
“No puede negarse la posibilidad de regularizarse a quien tiene la intención de hacerlo”, reiteró Ugalde. “Este es un llamado a la sensibilidad institucional. La institución aún está a tiempo de hacer lo correcto, pero el reloj avanza”.
Una oportunidad política y social
La situación también plantea una oportunidad política. Dar respuesta a esta población podría representar un paso importante hacia la justicia social y el fortalecimiento del vínculo entre el Estado y quienes, muchas veces, han quedado al margen del sistema.
“Los trabajadores independientes no son enemigos del sistema”, señaló el vocero. “Son parte del sistema. Solo piden reglas claras, trato digno y una oportunidad justa”.
Mientras el país espera la emisión del reglamento, las expectativas de miles de personas cuelgan de un hilo. El tiempo apremia. Cada día sin acción institucional es un día más de angustia para quienes solo buscan empezar de nuevo.
San José, 18 jun (Elpais.cr).- Seis meses después de aprobada la Ley 10604, que prometía un nuevo comienzo para miles de trabajadores independientes en condición de morosidad con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el proceso continúa estancado. La ausencia del reglamento que permitiría aplicar la normativa mantiene en el limbo a quienes buscaban regularizar
San José, 18 jun (Elpais.cr).- Seis meses después de aprobada la Ley 10604, que prometía un nuevo comienzo para miles de trabajadores independientes en condición de morosidad con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el proceso continúa estancado.
La ausencia del reglamento que permitiría aplicar la normativa mantiene en el limbo a quienes buscaban regularizar su situación.
La Asociación Borrón y Cuenta Nueva, que agrupa a trabajadores independientes de distintos sectores, denunció la inacción institucional y exigió respuestas inmediatas.
“No hay excusa moral ni técnica que justifique el silencio y el actuar de algunos funcionarios de la CCSS”, manifestó Joseph Ugalde, vocero de la Asociación.
Para esta organización, la falta de reglamentación representa no solo una omisión burocrática, sino una traición a la buena fe de los contribuyentes que acudieron con intención genuina de cumplir sus obligaciones.
Una promesa incumplida
La Ley 10604, aprobada a finales de 2024, fue recibida con esperanza por miles de trabajadores independientes que enfrentaban deudas históricas con la Caja.
Sin embargo, seis meses después de su entrada en vigencia, el reglamento que debe darle operatividad sigue sin emitirse, lo que en la práctica paraliza cualquier avance.
Según Ugalde, esta demora solo puede explicarse por un “desinterés institucional” que ha derivado en un acto de “indiferencia inaceptable” hacia una población que busca saldar sus compromisos con la seguridad social. “No se trata de evasores”, recalcó.
“Son ciudadanos que enfrentaron cuotas impagables, trámites imposibles y una absoluta inflexibilidad por parte de la institución. En muchos casos, era una elección entre comer o pagar la CCSS”.
Un sistema que excluye
Desde la experiencia de los afiliados a la Asociación Borrón y Cuenta Nueva, los intentos de acogerse a los procesos de condonación en el pasado han estado marcados por múltiples obstáculos:
-
Errores en el procedimiento: Funcionarios encargados de tramitar solicitudes aplicaron mal el procedimiento, según denuncian los afectados.
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Cobros indebidos: Se incluyeron montos correspondientes a servicios médicos o periodos prescritos, que legalmente no deberían haber sido parte del arreglo.
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Falta de estandarización: La ausencia de criterios claros por parte de la CCSS provocó procesos lentos, confusos y con cálculos erróneos que volvieron las deudas impagables.
Como resultado, miles de trabajadores quedaron fuera del proceso de condonación anterior, a pesar de haber acudido en el plazo estipulado. Hoy, el borrador del nuevo reglamento establece que quienes perdieron esa oportunidad simplemente no tendrán otra. “Eso no es justo”, advirtió Ugalde. “Estas no son personas adineradas. Son trabajadores sin salario fijo que viven al día”.
Tres condiciones mínimas para el reglamento
La Asociación subrayó que, tras la consulta pública, hay tres puntos esenciales que el reglamento debe incluir para ser justo y efectivo:
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Una segunda oportunidad real para quienes, por causas ajenas a su voluntad o por errores institucionales, no pudieron acogerse al beneficio en el plazo anterior. Negar esta posibilidad, afirmaron, sería castigar a quienes sí quisieron cumplir.
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Suspensión automática de cuotas en casos de incapacidad, ya que el subsidio que otorga la institución durante esos periodos no alcanza para cubrir las cuotas, lo que deja al asegurado en incumplimiento forzoso.
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Aplicación del criterio jurídico del Colegio de Abogados y Abogadas, que establece que no deben cobrarse honorarios legales en deudas prescritas.
“Negar esta segunda oportunidad es condenar al olvido a quienes sí quisieron cumplir”, insistió Ugalde. “La deuda no es solo económica, también es moral: urge enmendar el daño que una mala implementación provocó en miles de hogares trabajadores”.
Llamado urgente a la Junta Directiva
En su pronunciamiento público, la Asociación hizo un llamado urgente a la Junta Directiva de la CCSS y a las autoridades responsables de emitir el reglamento: “Ya es hora de actuar. Ya es hora de responder con humanidad y justicia social”.
Afirmaron que cada día de retraso institucional representa un día más de angustia, injusticia y exclusión para miles de costarricenses que solo piden una oportunidad de volver a empezar.
El caso plantea cuestionamientos serios sobre la gestión de la institución frente a sectores históricamente excluidos. El reclamo no es menor: se trata de personas que desean contribuir, pero que han sido atrapadas en un sistema que, lejos de facilitar el cumplimiento, lo obstaculiza.
La paradoja de la rigidez institucional
Desde la perspectiva de Borrón y Cuenta Nueva, la rigidez institucional de la CCSS se convierte en una paradoja. Mientras se exige el cumplimiento estricto de las obligaciones por parte de los ciudadanos, la institución misma falla en ofrecer procedimientos accesibles y humanos.
El retraso en la emisión del reglamento es solo el último capítulo de una historia de desencuentros y desconexión con la realidad de los trabajadores independientes.
“No puede negarse la posibilidad de regularizarse a quien tiene la intención de hacerlo”, reiteró Ugalde. “Este es un llamado a la sensibilidad institucional. La institución aún está a tiempo de hacer lo correcto, pero el reloj avanza”.
Una oportunidad política y social
La situación también plantea una oportunidad política. Dar respuesta a esta población podría representar un paso importante hacia la justicia social y el fortalecimiento del vínculo entre el Estado y quienes, muchas veces, han quedado al margen del sistema.
“Los trabajadores independientes no son enemigos del sistema”, señaló el vocero. “Son parte del sistema. Solo piden reglas claras, trato digno y una oportunidad justa”.
Mientras el país espera la emisión del reglamento, las expectativas de miles de personas cuelgan de un hilo. El tiempo apremia. Cada día sin acción institucional es un día más de angustia para quienes solo buscan empezar de nuevo.
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