<p>La polémica que ha venido rodeando al Sónar en las últimas semanas y durante estos últimos tres días en los que se ha celebrado su 32ª edición se ha quedado enterrado bajo los datos de asistencia. La presencia del fondo de inversión KKR como socio mayoritario del festival catalán ha despertado muchas polémicas por los vínculos qu<strong>e este tiene con el Gobierno israelí de Benjamin Netanyahu,</strong> en un momento en el que la ofensiva sobre Gaza se ha recrudecido, llevando esto a la renuncia de más de medio centenar de artistas que habían sido programados inicialmente.</p>
El boicot se ha producido únicamente entre los participantes porque el público ha seguido acudiendo a las instalaciones de la Fira de Montjuïc y la Fira de Gran Vía
La polémica que ha venido rodeando al Sónar en las últimas semanas y durante estos últimos tres días en los que se ha celebrado su 32ª edición se ha quedado enterrado bajo los datos de asistencia. La presencia del fondo de inversión KKR como socio mayoritario del festival catalán ha despertado muchas polémicas por los vínculos que este tiene con el Gobierno israelí de Benjamin Netanyahu, en un momento en el que la ofensiva sobre Gaza se ha recrudecido, llevando esto a la renuncia de más de medio centenar de artistas que habían sido programados inicialmente.
Sin embargo, el boicot se ha producido únicamente entre los participantes porque el público ha seguido acudiendo a las instalaciones de la Fira de Montjuïc y la Fira de Gran Vía, los dos recintos entre los que se reparten las tres parte del festival: la tecnológica, la de día y la de noche. La edición de 2025 del Sónar, según los datos de la propia organización, han dado como resultado 7.000 asistentes más que en la edición de 2024, un crecimiento muy inferior al del año pasado, donde la cifra aumentó en 30.000, pero a fin de cuentas un aumento.
Esos mismos datos señalan que esta edición del Sónar ha contado con 161.000 asistentes, siendo el Sonar de Noche el que ha vuelto a liderar con 66.500 asistentes. Por su parte, Sónar de Día ha sumado 52.500 personas y el OFFSónar junto al resto de las actividades de Sónar Week en los diferentes espacios de la ciudad ha ascendido hasta 42.000. Un reparto muy similar al que se anunció el año pasado, con un ligero descenso en la edición de día y una asistencia mucho mayor en el off y el resto de actividades.
Sin embargo, la presencia del grupo KKR ha marcado buena parte de la programación del festival durante este fin de semana. En la jornada inicial, en una de las charlas matinales, ya se había abordado esta cuestión. No eran ni las 12 del mediodía -las puertas se habían abierto a las 10- cuando en la conversación ya había salido el fondo de inversión. Las catalanas Berta Segura y Francesca Tur lideraban la charla Hacking the world sobre la encrucijada cultural de nuestro tiempo con las tensiones políticas.
En la esquina superior derecha del powerpoint que les servía de presentación se mostraba la bandera palestina. Tur, futurista y fundadora del medio Tendencias.tv, afirmaba en su arranque que en el mundo actual hay «oligarcas», «tecnócratas» y «KKRs». Ahí estaba el elefante que ya se quedó presente durante la hora y media de charla. «Hemos tenido muchas dudas, ha sido un viaje personal decidir si debíamos estar o no estar. Nos hemos preguntado si se puede cancelar el genocidio de Gaza y estar en el Sónar. Pero también si se puede cancelar el Sónar y seguir bebiendo Coca-Cola, usando Google o pinchando con el programa Tecknik que la mayoría usa», agregaba su compañera Segura.
Eso en la parte tecnológica e intelectual, pero la música también arrancó con mensaje político. La madrileña Nina Emocional se preparaba para iniciar su espectáculo FDM, entre lo musical, lo performático y la danza contemporánea. Unos minutos antes de su presencia, sobre el fondo negro, apareció un texto en letras blancas. «Esto es un señalamiento directo a la ocupación, el apartheid y la violencia ejercida por el estado genocida de Israel contra el Pueblo Palestino. Somos conscientes de lo que está pasando y nuestra acción no va a limitarse al Sónar».
La segunda jornada también estuvo marcada por las críticas al fondo de inversión. El histórico DJ británico, Adrián Sherwood, compareció en el escenario con una camiseta con los colores de la bandera palestina. El grupo brasileño Teto Preto aseguró que habían decidido acudir al Sónar para «denunciar a quienes están financiando el genocidio» que se está produciendo en Gaza por parte de Israel y también para que su música sirva como protesta al fondo de inversión, KKR, propietario del festival, a quien también hicieron responsable por sus contactos con el Gobierno de Netanyahu.
La actuación de la catalana Maria Arnal, cabeza de cartel de la jornada en Sonar de Día, empezó y acabó con mensaje político, el mismo que contenían sus anteriores trabajos. Antes de que ella apareciera un mensaje en las pantallas advertía: «Condenamos rotundamente el genocidio que el Gobierno israelí inflige al pueblo palestino y reafirmamos nuestra solidaridad inquebrantable«. Junto a una crítica a KKR, el fondo de inversión con vínculos con el Gobierno israelí y dueño del Sónar. En mitad del show, la artista se sumó a un «visca Palestina libre» que se gritó desde el público. Y, como cierre, mandó subir una pancarta del público, que sostuvieron ella y su cuerpo de baile, con la inscripción «Palestina libre».
Este sábado, apenas dos horas antes de que diera comienzo su actuación, el festival emitía un comunicado en sus redes sociales en el que se aseguraba que Samantha Hudson había decidido renunciar a su presencia. En el inicio del festival, Mushkaa, hermana de Bad Gyal, había cerrado su concierto haciendo referencia al tema. «KKR fuera de nuestra cultura. Palestina libre».
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