<p>La presidenta del <strong>Louvre</strong>, <strong>Laurence des Cars</strong>, ha reconocido que la seguridad del museo tiene <strong>»punto débil»</strong>: la falta de suficientes <strong>cámaras de vigilancia</strong> para cubrir todo el perímetro de la fachada. Según detalló Des Cars durante una comparecencia en la Asamblea Nacional, la única cámara en la fachada del Sena desde donde se produjo el robo del domingo pasado estaba <strong>»orientada hacia el oeste»</strong>, de manera que los cuatro asaltantes pudieron usar la plataforma con montacargas desde la calle sin ser vistos: Las primeras alarmas se dispararon de hecho solo cuando los ladrones rompieron la ventana de la <strong>Galería Apolo</strong>, donde robaron finalmente <a href=»https://www.elmundo.es/cultura/2025/10/20/68f5e18921efa076178b456d.html» target=»_blank»><strong>ocho joyas</strong> de la <strong>colección de Napoleón y la Emperatriz</strong></a> en menos de siete minutos.</p>
«Ha sido un terrible fracaso del que asumo parte de mi responsabilidad», ha confesado Laurence des Cars
La presidenta del Louvre, Laurence des Cars, ha reconocido que la seguridad del museo tiene «punto débil»: la falta de suficientes cámaras de vigilancia para cubrir todo el perímetro de la fachada. Según detalló Des Cars durante una comparecencia en la Asamblea Nacional, la única cámara en la fachada del Sena desde donde se produjo el robo del domingo pasado estaba «orientada hacia el oeste», de manera que los cuatro asaltantes pudieron usar la plataforma con montacargas desde la calle sin ser vistos: Las primeras alarmas se dispararon de hecho solo cuando los ladrones rompieron la ventana de la Galería Apolo, donde robaron finalmente ocho joyas de la colección de Napoleón y la Emperatriz en menos de siete minutos.
«Ha sido un terrible fracaso del que asumo parte de mi responsabilidad», declaró De Cars, que confirmó haber presentado su dimisión el mismo domingo, aunque finalmente no fue aceptada por Emmanuel Macron. El presidente francés aprovechó la reapertura del museo el miércoles para reclamar «una aceleración de las nuevas medidas de seguridad».
La presidenta del Louvre admitió por su parte que ha existido «una falta de inversión crónica en equipos e infraestructura». Laurence des Cars aseguró sin embargo que no ha existido un retraso en la puesta en marcha del plan maestro de seguridad, presupuestado en 80 millones de euro, dentro del proyecto de renovación del Louvre.
«Las debilidades de nuestra protección perimetral eran suficientemente conocidas y estaban identificadas», admitió Des Cars, que aseguró haber propuesto recientemente duplicar el número de cámaras exteriores y modernizar «el sistema de videoprotección y detección de intrusiones».
La presidenta del Louvre ha pedido al Ministerio de Interior la apertura de una comisaría de policía dentro del museo para hacer frente a «los nuevos procedimientos operativos del crimen organizado» como el puesto en práctica el robo del domingo pasado. «Hay un interés actual en objetos metales y metales», reconoció.
El botín de las joyas robadas (tiaras, collares, pendientes) ha sido estimado en 88 millones de euros por el Louvre, que no tenía aseguradas las piezas. Durante su fuga, los ladrones dejaron caer la corona de la emperatriz Eugenia con 1.354 diamantes y 56 esmeraldas, que fue encontrada rota en las inmediaciones del museo. La vitrina del que potege el diamante Regente de 140 quilates, la pieza más valiosa de la colección, no fue siquiera tocada por los asaltantes.
Los investigadores de la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales (OCBC, por sus siglas en francés) han recuperado un casco y un guante pertenecientes a los cuatro autores del robo en el museo del Louvre. La fiscal de París Laure Beccuau, que atribuyó el robo a «un comando de crimen organizado», reconoció que los asaltantes pueden haber desmontado las piezas para intentar sacarlas del país.
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