San José, 9 Mar. (Elpaís.cr).- El turismo es uno de los pilares fundamentales de la economía costarricense, representando una fuente significativa de ingresos y un motor para otros sectores como la agricultura, el transporte, el comercio y las artesanías.
Sin embargo, este sector enfrenta actualmente una serie de desafíos que amenazan su crecimiento y sostenibilidad, desde distorsiones económicas hasta problemas de infraestructura y seguridad.
Uno de los principales retos es el impacto del tipo de cambio y el aumento de los costos de producción. Shirley Calvo, Directora Ejecutiva de la Cámara Nacional de Turismo de Costa Rica (Canatur), señaló en medios locales que las políticas económicas y monetarias han generado distorsiones que afectan al sector. Aunque el Banco Central ha intentado equilibrar estas fluctuaciones, los problemas persisten.
Calvo destaca que los costos operativos han aumentado aproximadamente un 20% desde la pandemia, debido a factores como la inclusión del IVA en servicios turísticos, la inflación y el endeudamiento acumulado durante la crisis sanitaria.
“En tiempos de pandemia, lo que se hizo fue posponer los pagos de créditos, pero ahora esas deudas están presionando el flujo de caja de las empresas”, explica.
Además, los incrementos en salarios mínimos, cargas sociales y costos de electricidad e insumos han agravado la situación, dificultando la rentabilidad de muchas empresas turísticas.
La infraestructura es otro desafío crítico
Costa Rica, reconocida por su biodiversidad y atractivos naturales, necesita mejorar sus carreteras y sistemas de transporte para garantizar una experiencia satisfactoria a los turistas.
“Las malas carreteras y las presas restan competitividad, ya que los visitantes pueden sentir que no hay una relación entre el valor pagado y la experiencia recibida”, afirma Calvo.
La seguridad también es un tema preocupante. La delincuencia local y el aumento de la criminalidad organizada a nivel internacional están afectando la percepción de Costa Rica como un destino seguro.
“Una buena parte de los turistas vienen a Costa Rica porque nos reconocen como un país de paz, pero si los niveles de inseguridad aumentan, se podría dañar nuestra imagen”, advierte Calvo.
Ante estos desafíos, el sector turístico está adoptando estrategias para diversificar mercados e innovar en productos turísticos.
El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) ha impulsado iniciativas para atraer más visitantes de Europa y América Latina, así como para promover segmentos emergentes como el astroturismo, el turismo de bienestar y el turismo educativo.
Además, se está fomentando un turismo responsable, que no solo beneficie a los visitantes, sino también a las comunidades locales y al medio ambiente. “El compromiso del sector privado debe ir acompañado de políticas públicas que faciliten la inversión, mejoren la seguridad y garanticen la competitividad del país como destino turístico”, subraya Calvo.
Aunque los desafíos son significativos, Costa Rica tiene la oportunidad de fortalecer su sector turístico mediante la colaboración entre el sector público y privado, la mejora de la infraestructura y la promoción de una imagen segura y atractiva. La diversificación y la innovación serán clave para mantener el liderazgo del país como uno de los destinos turísticos más destacados de la región.
En un contexto global cada vez más competitivo, Costa Rica debe actuar con prontitud para superar estos obstáculos y aprovechar las oportunidades que ofrece su riqueza natural y cultural. El futuro del turismo costarricense dependerá de cómo se aborden estos desafíos y se consolide una estrategia integral que garantice su sostenibilidad y crecimiento.
San José, 9 Mar. (Elpaís.cr).- El turismo es uno de los pilares fundamentales de la economía costarricense, representando una fuente significativa de ingresos y un motor para otros sectores como la agricultura, el transporte, el comercio y las artesanías. Sin embargo, este sector enfrenta actualmente una serie de desafíos que amenazan su crecimiento y sostenibilidad,
San José, 9 Mar. (Elpaís.cr).- El turismo es uno de los pilares fundamentales de la economía costarricense, representando una fuente significativa de ingresos y un motor para otros sectores como la agricultura, el transporte, el comercio y las artesanías.
Sin embargo, este sector enfrenta actualmente una serie de desafíos que amenazan su crecimiento y sostenibilidad, desde distorsiones económicas hasta problemas de infraestructura y seguridad.
Uno de los principales retos es el impacto del tipo de cambio y el aumento de los costos de producción. Shirley Calvo, Directora Ejecutiva de la Cámara Nacional de Turismo de Costa Rica (Canatur), señaló en medios locales que las políticas económicas y monetarias han generado distorsiones que afectan al sector. Aunque el Banco Central ha intentado equilibrar estas fluctuaciones, los problemas persisten.
Calvo destaca que los costos operativos han aumentado aproximadamente un 20% desde la pandemia, debido a factores como la inclusión del IVA en servicios turísticos, la inflación y el endeudamiento acumulado durante la crisis sanitaria.
“En tiempos de pandemia, lo que se hizo fue posponer los pagos de créditos, pero ahora esas deudas están presionando el flujo de caja de las empresas”, explica.
Además, los incrementos en salarios mínimos, cargas sociales y costos de electricidad e insumos han agravado la situación, dificultando la rentabilidad de muchas empresas turísticas.
La infraestructura es otro desafío crítico
Costa Rica, reconocida por su biodiversidad y atractivos naturales, necesita mejorar sus carreteras y sistemas de transporte para garantizar una experiencia satisfactoria a los turistas.
“Las malas carreteras y las presas restan competitividad, ya que los visitantes pueden sentir que no hay una relación entre el valor pagado y la experiencia recibida”, afirma Calvo.
La seguridad también es un tema preocupante. La delincuencia local y el aumento de la criminalidad organizada a nivel internacional están afectando la percepción de Costa Rica como un destino seguro.
“Una buena parte de los turistas vienen a Costa Rica porque nos reconocen como un país de paz, pero si los niveles de inseguridad aumentan, se podría dañar nuestra imagen”, advierte Calvo.
Ante estos desafíos, el sector turístico está adoptando estrategias para diversificar mercados e innovar en productos turísticos.
El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) ha impulsado iniciativas para atraer más visitantes de Europa y América Latina, así como para promover segmentos emergentes como el astroturismo, el turismo de bienestar y el turismo educativo.
Además, se está fomentando un turismo responsable, que no solo beneficie a los visitantes, sino también a las comunidades locales y al medio ambiente. “El compromiso del sector privado debe ir acompañado de políticas públicas que faciliten la inversión, mejoren la seguridad y garanticen la competitividad del país como destino turístico”, subraya Calvo.
Aunque los desafíos son significativos, Costa Rica tiene la oportunidad de fortalecer su sector turístico mediante la colaboración entre el sector público y privado, la mejora de la infraestructura y la promoción de una imagen segura y atractiva. La diversificación y la innovación serán clave para mantener el liderazgo del país como uno de los destinos turísticos más destacados de la región.
En un contexto global cada vez más competitivo, Costa Rica debe actuar con prontitud para superar estos obstáculos y aprovechar las oportunidades que ofrece su riqueza natural y cultural. El futuro del turismo costarricense dependerá de cómo se aborden estos desafíos y se consolide una estrategia integral que garantice su sostenibilidad y crecimiento.
Nacionales – Diario Digital Nuestro País