San José, 24 jul (elpaís.cr) – Con más de 2.300 estudiantes matriculados en el primer ciclo de 2025, la Sede Regional Chorotega de la Universidad Nacional (UNA) se consolida como un pilar en la democratización del acceso a la educación superior en Guanacaste y como un motor de transformación social para jóvenes de zonas rurales y fronterizas.
Un estudio elaborado por el exdecano Víctor Julio Baltodano revela que esta sede, que integra los campus de Liberia y Nicoya, no solo atiende la demanda local de la Región Chorotega, sino que atrae a estudiantes de las siete provincias y de 63 cantones del país.
Crecimiento y equidad en matrícula
El informe detalla que la matrícula alcanzó los 2.331 estudiantes, de los cuales 53% son mujeres (1.236). En el Campus Liberia se concentran 1.224 estudiantes, provenientes principalmente de los cantones de Liberia (406), Bagaces (98) y Carrillo (124), pero también de Upala (140), cantón fronterizo de Alajuela.
Por su parte, el Campus Nicoya registra 1.107 estudiantes, con fuerte presencia de jóvenes de Nicoya (420), Santa Cruz (242) y Hojancha (85). La distribución equitativa entre hombres y mujeres en ambos campus refuerza la apertura inclusiva del centro académico.
Impacto más allá de Guanacaste
Aunque el 68% del estudiantado proviene de la Región Chorotega, la sede extiende su alcance nacional al recibir jóvenes de territorios lejanos y vulnerables como Talamanca (4 estudiantes), Los Chiles (12) y Golfito. Incluso cantones como Turrialba (6) y Pococí (17) aparecen en las estadísticas, lo que evidencia el atractivo del modelo académico fuera del Valle Central.
Baltodano subraya que esta diversidad responde a carreras diseñadas según los retos territoriales: “No somos una sucursal de la educación central: formamos profesionales que resolverán problemas de la Chorotega”, señala en el documento. Programas como Gestión Empresarial del Turismo Sostenible, Ingeniería en Energías Sostenibles e Ingeniería Hidrológica buscan atender necesidades específicas de la región, como el manejo del recurso hídrico y el desarrollo turístico sostenible.
Romper ciclos de pobreza
Más allá de los números, el estudio destaca el impacto cualitativo de la sede. “Cada estudiante en nuestras aulas es un joven alejado de la droga o la delincuencia”, afirma Baltodano, al explicar que muchos de los matriculados son primera generación universitaria en familias agrícolas o costeras.
Las estrategias de inclusión han sido clave: residencias estudiantiles en Liberia y Nicoya, becas socioeconómicas y programas de acompañamiento académico. Estas políticas permiten que el 22% del estudiantado provenga de fuera de Guanacaste, incluyendo comunidades con altos índices de exclusión social.
Un ejemplo emblemático es Upala, donde 93 mujeres han podido ingresar gracias a becas, rompiendo patrones de desigualdad educativa en zonas fronterizas.
Un modelo de “universidad necesaria”
El enfoque de la Sede Chorotega se inspira en la filosofía de la “Universidad Necesaria”, concepto que prioriza la formación profesional para resolver problemas locales y potenciar el desarrollo comunitario.
Baltodano sostiene que esta visión trasciende la cobertura numérica: “Los números muestran matrícula, pero las historias detrás demuestran que rompemos ciclos de pobreza y generamos liderazgo en las comunidades”.
Con presencia en 59 de los 61 distritos guanacastecos, la sede se ha convertido en un actor clave para cerrar brechas históricas de acceso a la educación superior en la región y proyectar un modelo replicable en otras zonas del país.
Contexto regional
El crecimiento de la Sede Chorotega coincide con un escenario donde Guanacaste sigue enfrentando retos estructurales en educación y empleo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la provincia mantiene una de las tasas más altas de población joven fuera del sistema educativo y con trabajos de baja calificación, especialmente en sectores agrícolas y turísticos.
En este contexto, la UNA Chorotega representa una alternativa para la movilidad social, al ofrecer carreras vinculadas a la vocación productiva de la región y al mismo tiempo abrir puertas para estudiantes de otras provincias que buscan formación fuera del saturado Valle Central.
Con este modelo inclusivo y territorial, la Sede Chorotega no solo fortalece el acceso a la educación superior en Guanacaste, sino que redefine el papel de la universidad pública como herramienta para reducir desigualdades y promover el desarrollo humano en las regiones históricamente marginadas del país.
San José, 24 jul (elpaís.cr) – Con más de 2.300 estudiantes matriculados en el primer ciclo de 2025, la Sede Regional Chorotega de la Universidad Nacional (UNA) se consolida como un pilar en la democratización del acceso a la educación superior en Guanacaste y como un motor de transformación social para jóvenes de zonas rurales
San José, 24 jul (elpaís.cr) – Con más de 2.300 estudiantes matriculados en el primer ciclo de 2025, la Sede Regional Chorotega de la Universidad Nacional (UNA) se consolida como un pilar en la democratización del acceso a la educación superior en Guanacaste y como un motor de transformación social para jóvenes de zonas rurales y fronterizas.
Un estudio elaborado por el exdecano Víctor Julio Baltodano revela que esta sede, que integra los campus de Liberia y Nicoya, no solo atiende la demanda local de la Región Chorotega, sino que atrae a estudiantes de las siete provincias y de 63 cantones del país.
Crecimiento y equidad en matrícula
El informe detalla que la matrícula alcanzó los 2.331 estudiantes, de los cuales 53% son mujeres (1.236). En el Campus Liberia se concentran 1.224 estudiantes, provenientes principalmente de los cantones de Liberia (406), Bagaces (98) y Carrillo (124), pero también de Upala (140), cantón fronterizo de Alajuela.
Por su parte, el Campus Nicoya registra 1.107 estudiantes, con fuerte presencia de jóvenes de Nicoya (420), Santa Cruz (242) y Hojancha (85). La distribución equitativa entre hombres y mujeres en ambos campus refuerza la apertura inclusiva del centro académico.
Impacto más allá de Guanacaste
Aunque el 68% del estudiantado proviene de la Región Chorotega, la sede extiende su alcance nacional al recibir jóvenes de territorios lejanos y vulnerables como Talamanca (4 estudiantes), Los Chiles (12) y Golfito. Incluso cantones como Turrialba (6) y Pococí (17) aparecen en las estadísticas, lo que evidencia el atractivo del modelo académico fuera del Valle Central.
Baltodano subraya que esta diversidad responde a carreras diseñadas según los retos territoriales: “No somos una sucursal de la educación central: formamos profesionales que resolverán problemas de la Chorotega”, señala en el documento. Programas como Gestión Empresarial del Turismo Sostenible, Ingeniería en Energías Sostenibles e Ingeniería Hidrológica buscan atender necesidades específicas de la región, como el manejo del recurso hídrico y el desarrollo turístico sostenible.
Romper ciclos de pobreza
Más allá de los números, el estudio destaca el impacto cualitativo de la sede. “Cada estudiante en nuestras aulas es un joven alejado de la droga o la delincuencia”, afirma Baltodano, al explicar que muchos de los matriculados son primera generación universitaria en familias agrícolas o costeras.
Las estrategias de inclusión han sido clave: residencias estudiantiles en Liberia y Nicoya, becas socioeconómicas y programas de acompañamiento académico. Estas políticas permiten que el 22% del estudiantado provenga de fuera de Guanacaste, incluyendo comunidades con altos índices de exclusión social.
Un ejemplo emblemático es Upala, donde 93 mujeres han podido ingresar gracias a becas, rompiendo patrones de desigualdad educativa en zonas fronterizas.
Un modelo de “universidad necesaria”
El enfoque de la Sede Chorotega se inspira en la filosofía de la “Universidad Necesaria”, concepto que prioriza la formación profesional para resolver problemas locales y potenciar el desarrollo comunitario.
Baltodano sostiene que esta visión trasciende la cobertura numérica: “Los números muestran matrícula, pero las historias detrás demuestran que rompemos ciclos de pobreza y generamos liderazgo en las comunidades”.
Con presencia en 59 de los 61 distritos guanacastecos, la sede se ha convertido en un actor clave para cerrar brechas históricas de acceso a la educación superior en la región y proyectar un modelo replicable en otras zonas del país.
Contexto regional
El crecimiento de la Sede Chorotega coincide con un escenario donde Guanacaste sigue enfrentando retos estructurales en educación y empleo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la provincia mantiene una de las tasas más altas de población joven fuera del sistema educativo y con trabajos de baja calificación, especialmente en sectores agrícolas y turísticos.
En este contexto, la UNA Chorotega representa una alternativa para la movilidad social, al ofrecer carreras vinculadas a la vocación productiva de la región y al mismo tiempo abrir puertas para estudiantes de otras provincias que buscan formación fuera del saturado Valle Central.
Con este modelo inclusivo y territorial, la Sede Chorotega no solo fortalece el acceso a la educación superior en Guanacaste, sino que redefine el papel de la universidad pública como herramienta para reducir desigualdades y promover el desarrollo humano en las regiones históricamente marginadas del país.
Nacionales – Diario Digital Nuestro País