San José, 10 Mar. (DNP).- La historia entre Estados Unidos y Panamá está unida bajo un hilo de tensión, tan delgado, que suele comprometer la seguridad y las relaciones bilaterales. El protagonista central es el Canal de Panamá, ese enclave portuario que aprovechan casi 10 mil embarcaciones al año, para conectar el Caribe con el Pacífico, en sus 80 kilómetros de extensión.
La tensión se agravó tras la llegada, por segunda vez, de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos (EE.UU.), el pasado 20 de enero. Entre sus primeras intervenciones, estuvo su disposición de arrebatar a Panamá la administración del canal, función que realiza desde el 31 de diciembre de 1999, tras el acuerdo firmado por los mandatarios Jimmy Carter y Omar Torrijos (acuerdo Torrijos-Carter).
Lo acontecido desde esa fecha y hasta el presente ha sido, en voz de los sociólogos Olmedo Beluche Velázquez y Giovanni Beluche, una suerte de displicencia de parte del gobierno panameño de José Raúl Mulino a favor de los intereses estadounidenses, que presionan por una menor influencia de China en la operación del canal y de un trato preferencial de los buques de la nación norteamericana.
Un repaso histórico de la relación entre ambas naciones, desmitificar algunas versiones proferidas por el mismo Trump y delinear el presente y el futuro cercano de este tema, fue el tema del coloquio Las relaciones entre Estados Unidos y Panamá, el ascenso de Trump y los desafíos para Centroamérica, organizado por el Instituto de Estudios Latinoamericanos (Idela) de la Universidad Nacional (UNA).
La reciente visita del secretario de Estado, Marco Rubio, en su gira por Centroamérica, marcó un punto de inflexión. Para Giovanni Beluche, sociólogo, escritor y excoordinador de formación humanística de la Universidad Técnica Nacional (UTN), se han dado una serie de concesiones que debilitan la posición panameña en su defensa autonómica del canal.
Entre ellos, está la disposición del gobierno a instalar una base militar en la región del Darién. En medio de las disputas comerciales que ha emprendido EE.UU., uno de los factores críticos para el presidente Trump está en disminuir los flujos migratorios que atraviesan el continente, hasta llegar a las fronteras estadounidenses. Según datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá, reportados por la cadena BBC, un total de 302.203 personas cruzaron el tapón del Darién, en el 2024.
Giovanni Beluche consideró que Rubio salió de territorio panameño con manos llenas. Esto porque logró que los panameños se retiraran del acuerdo de la Ruta y la Seda impulsada por China para crear conexiones que facilitaran el comercio y el intercambio de mercancías entre Oriente y Occidente.
Además, que se aplicaran auditorías a la empresa de Hong Kong que administra los puertos de Balboa y Cristóbal, se permitiera el paso libre de buques militares por el canal y se abriera el espacio para el recibimiento de migrantes expulsados de distintas nacionalidades, tal y como ocurrió con Costa Rica la semana anterior.
Para Giovanni Beluche, estas concesiones son aceptadas por la oligarquía que gobierna a Panamá. “Marco Rubio no se había bajado del avión y ya Mulino le había ofrecido todas estas ventajas”, indicó.
Mentiras e imprecisiones
Como forma de justificar una eventual toma de control del Canal de Panamá, ambos académicos señalaron algunas falsedades que ha proferido Donald Trump públicamente. Una de ellas, se remonta a la etapa constructiva de la megaobra entre 1904 y 1914. Al respecto, manifestó que en esas labores perdieron la vida 38 mil trabajadores estadounidenses, cuando en realidad fueron entre 25 mil y 27 mil personas, de las cuales 5.600 provenían de la nación norteamericana.
Otra presión recurrente han sido las aseveraciones de que fue EE.UU. el que construyó el canal. Al respecto, Giovanni Beluche fue enfático al afirmar que después de la firma del tratado Torrijos-Carter, fue Panamá la que inyectó recursos económicos que permitieron la ampliación del canal. “Si nos hubiéramos quedado con el que hizo Estados Unidos, hoy estaría obsoleto”, afirmó.
El académico de la Escuela de Sociología de la Universidad de Panamá, Olmedo Beluche Velázquez, apuntó que en los últimos 25 años de administración por parte de la Autoridad del Canal de Panamá se han generado 29 mil millones de dólares en ingresos al Estado y un aumento en la productividad, que pasó de 10 mil millones a 80 millones de dólares en ese lapso.
El tercer aspecto que rebate la posición de Trump es el alegato de que China está coadministrando las operaciones en el canal. Para ambos sociólogos, esa apreciación es falsa, ya que la presencia de la empresa hongkonesa Hutchison Holdings es producto de una concesión que lleva dos décadas de operación.
Para los expertos, lo preocupante es la actitud de entreguismo que han mostrado las autoridades y que tiene sus propias raíces históricas. Muestra de ello, explicó Giovanni Beluche es que en 1903 se había firmado un acuerdo llamado Herrán-Hay entre Estados Unidos y Colombia (Panamá estaba adscrito al territorio colombiano en ese momento), el cual estableció que los norteamericanos operarían el canal por 100 años. Finalmente, el Senado de Colombia rechazó el proyecto.
Sin embargo, meses después de separarse de Colombia, los propios panameños fueron testigos de la firma de otro tratado (Hay-Bunau Varilla) que le concedió a EE.UU. el canal “a perpetuidad”. Giovanni Beluche relató que “para transitar de un lado a otro del país tenías que pasar por una caseta con soldados estadounidenses que podían impedirte el paso, para ir a la playa había que pedir permiso y si estaba de buen humor, daba el aval y si no, devuélvase para la casa a comerse los huevos duros en el patio de la casa”.
Olmedo Beluche considera que las actitudes de Trump y su gabinete podrían quedar en amenazas para amedrentar y ganar posiciones, como ha ocurrido, “sin mover un dedo”, aunque alertó que “nunca podemos estar seguros porque Estados Unidos es el mayor imperio militar del mundo”.
Para ambos sociólogos invitados por el Idela-UNA es importante apelar a la unidad latinoamericana para evitar más escaladas en este tipo de presiones. “Los desafíos son muchos, está en juego la soberanía, la solidaridad entre pueblos y la unidad regional de lo que ellos consideran el ‘patio trasero’. Debemos tener más orgullo en nuestra historia”, concluyó Giovanni Beluche.
San José, 10 Mar. (DNP).- La historia entre Estados Unidos y Panamá está unida bajo un hilo de tensión, tan delgado, que suele comprometer la seguridad y las relaciones bilaterales. El protagonista central es el Canal de Panamá, ese enclave portuario que aprovechan casi 10 mil embarcaciones al año, para conectar el Caribe con el
San José, 10 Mar. (DNP).- La historia entre Estados Unidos y Panamá está unida bajo un hilo de tensión, tan delgado, que suele comprometer la seguridad y las relaciones bilaterales. El protagonista central es el Canal de Panamá, ese enclave portuario que aprovechan casi 10 mil embarcaciones al año, para conectar el Caribe con el Pacífico, en sus 80 kilómetros de extensión.
La tensión se agravó tras la llegada, por segunda vez, de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos (EE.UU.), el pasado 20 de enero. Entre sus primeras intervenciones, estuvo su disposición de arrebatar a Panamá la administración del canal, función que realiza desde el 31 de diciembre de 1999, tras el acuerdo firmado por los mandatarios Jimmy Carter y Omar Torrijos (acuerdo Torrijos-Carter).
Lo acontecido desde esa fecha y hasta el presente ha sido, en voz de los sociólogos Olmedo Beluche Velázquez y Giovanni Beluche, una suerte de displicencia de parte del gobierno panameño de José Raúl Mulino a favor de los intereses estadounidenses, que presionan por una menor influencia de China en la operación del canal y de un trato preferencial de los buques de la nación norteamericana.
Un repaso histórico de la relación entre ambas naciones, desmitificar algunas versiones proferidas por el mismo Trump y delinear el presente y el futuro cercano de este tema, fue el tema del coloquio Las relaciones entre Estados Unidos y Panamá, el ascenso de Trump y los desafíos para Centroamérica, organizado por el Instituto de Estudios Latinoamericanos (Idela) de la Universidad Nacional (UNA).
La reciente visita del secretario de Estado, Marco Rubio, en su gira por Centroamérica, marcó un punto de inflexión. Para Giovanni Beluche, sociólogo, escritor y excoordinador de formación humanística de la Universidad Técnica Nacional (UTN), se han dado una serie de concesiones que debilitan la posición panameña en su defensa autonómica del canal.
Entre ellos, está la disposición del gobierno a instalar una base militar en la región del Darién. En medio de las disputas comerciales que ha emprendido EE.UU., uno de los factores críticos para el presidente Trump está en disminuir los flujos migratorios que atraviesan el continente, hasta llegar a las fronteras estadounidenses. Según datos del Servicio Nacional de Migración de Panamá, reportados por la cadena BBC, un total de 302.203 personas cruzaron el tapón del Darién, en el 2024.
Giovanni Beluche consideró que Rubio salió de territorio panameño con manos llenas. Esto porque logró que los panameños se retiraran del acuerdo de la Ruta y la Seda impulsada por China para crear conexiones que facilitaran el comercio y el intercambio de mercancías entre Oriente y Occidente.
Además, que se aplicaran auditorías a la empresa de Hong Kong que administra los puertos de Balboa y Cristóbal, se permitiera el paso libre de buques militares por el canal y se abriera el espacio para el recibimiento de migrantes expulsados de distintas nacionalidades, tal y como ocurrió con Costa Rica la semana anterior.
Para Giovanni Beluche, estas concesiones son aceptadas por la oligarquía que gobierna a Panamá. “Marco Rubio no se había bajado del avión y ya Mulino le había ofrecido todas estas ventajas”, indicó.
Mentiras e imprecisiones
Como forma de justificar una eventual toma de control del Canal de Panamá, ambos académicos señalaron algunas falsedades que ha proferido Donald Trump públicamente. Una de ellas, se remonta a la etapa constructiva de la megaobra entre 1904 y 1914. Al respecto, manifestó que en esas labores perdieron la vida 38 mil trabajadores estadounidenses, cuando en realidad fueron entre 25 mil y 27 mil personas, de las cuales 5.600 provenían de la nación norteamericana.
Otra presión recurrente han sido las aseveraciones de que fue EE.UU. el que construyó el canal. Al respecto, Giovanni Beluche fue enfático al afirmar que después de la firma del tratado Torrijos-Carter, fue Panamá la que inyectó recursos económicos que permitieron la ampliación del canal. “Si nos hubiéramos quedado con el que hizo Estados Unidos, hoy estaría obsoleto”, afirmó.
El académico de la Escuela de Sociología de la Universidad de Panamá, Olmedo Beluche Velázquez, apuntó que en los últimos 25 años de administración por parte de la Autoridad del Canal de Panamá se han generado 29 mil millones de dólares en ingresos al Estado y un aumento en la productividad, que pasó de 10 mil millones a 80 millones de dólares en ese lapso.
El tercer aspecto que rebate la posición de Trump es el alegato de que China está coadministrando las operaciones en el canal. Para ambos sociólogos, esa apreciación es falsa, ya que la presencia de la empresa hongkonesa Hutchison Holdings es producto de una concesión que lleva dos décadas de operación.
Para los expertos, lo preocupante es la actitud de entreguismo que han mostrado las autoridades y que tiene sus propias raíces históricas. Muestra de ello, explicó Giovanni Beluche es que en 1903 se había firmado un acuerdo llamado Herrán-Hay entre Estados Unidos y Colombia (Panamá estaba adscrito al territorio colombiano en ese momento), el cual estableció que los norteamericanos operarían el canal por 100 años. Finalmente, el Senado de Colombia rechazó el proyecto.
Sin embargo, meses después de separarse de Colombia, los propios panameños fueron testigos de la firma de otro tratado (Hay-Bunau Varilla) que le concedió a EE.UU. el canal “a perpetuidad”. Giovanni Beluche relató que “para transitar de un lado a otro del país tenías que pasar por una caseta con soldados estadounidenses que podían impedirte el paso, para ir a la playa había que pedir permiso y si estaba de buen humor, daba el aval y si no, devuélvase para la casa a comerse los huevos duros en el patio de la casa”.
Olmedo Beluche considera que las actitudes de Trump y su gabinete podrían quedar en amenazas para amedrentar y ganar posiciones, como ha ocurrido, “sin mover un dedo”, aunque alertó que “nunca podemos estar seguros porque Estados Unidos es el mayor imperio militar del mundo”.
Para ambos sociólogos invitados por el Idela-UNA es importante apelar a la unidad latinoamericana para evitar más escaladas en este tipo de presiones. “Los desafíos son muchos, está en juego la soberanía, la solidaridad entre pueblos y la unidad regional de lo que ellos consideran el ‘patio trasero’. Debemos tener más orgullo en nuestra historia”, concluyó Giovanni Beluche.
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