<p>Es imposible contar la historia de <strong>Midas Alonso</strong> (Madrid, 1992) sin hablar de Daniel Sturridge. El futbolista inglés fue durante un tiempo un jugador de prestigio tras pasar por equipos de renombre como City, Liverpool o Chelsea. Hasta que un día desapareció del mapa.</p>
El rapero madrileño publica su primer disco. Sus letras hablan de apuestas, drogas, sus sentimientos, y mucho fútbol
Es imposible contar la historia de Midas Alonso (Madrid, 1992) sin hablar de Daniel Sturridge. El futbolista inglés fue durante un tiempo un jugador de prestigio tras pasar por equipos de renombre como City, Liverpool o Chelsea. Hasta que un día desapareció del mapa.
Todos se habían olvidado de él cuando a principios de 2023 el rapero madrileño lanzó una canción en la que se preguntaba «¿dónde está Sturridge?«. El tema, de nombre Brixton y viral en redes sociales, devolvió a la actualidad al deportista y, de paso, situó en el mapa a Midas Alonso, por entonces un completo desconocido.
«En esa canción también digo ‘se va a cagar la perra cuando saque mi disco’ y ahora está pegando un pelotazo porque la gente estaba pendiente», dice confiado nada más sentarse para la entrevista.
Su verdadero nombre es Álvaro Aparicio -‘Apa’ para los amigos- y es tan enorme que casi no cabe en el sillón de color blanco. «Lo de Midas viene por el Rey Midas, que todo lo que toca lo convierte en oro. Y Alonso es por Alonso Quijano, de El Quijote», explica sobre su alias artístico. Su físico recuerda al de James Gandolfini, el actor que interpreta al protagonista de Los Soprano. La comparación le gusta tanto que hasta lo imita en la portada de su álbum posando en albornoz y rodeado de patos dentro de una piscina.
Mastercaster es un trabajo largo, de 18 canciones, que suena un rap que ya no se hace. En sus letras se habla de apuestas, drogas, sus sentimientos, y mucho fútbol. «Nadie hace las referencias que hago yo. No es un tema como puede hacer cualquier rapero. El mío engloba mucho más que decir nombres de jugadores», defiende mientras niega «ser un friki total» de ello. «Bueno, igual un pelín friki sí soy», recapacita.
La pasión le viene de su abuelo. «En su casa tenía una habitación donde estaba todo el día viendo partidos. A mí me encantaba estar con él. Nos íbamos a dar un paseo a El Retiro, me llevaba al Rastro y me hablaba de lo que yo quisiera», recuerda.
Pero Midas Alonso no se ha criado en la capital sino en un pueblo de la sierra madrileña. «Yo estudié en el Monasterio de El Escorial. Estuve once años allí con los curas. Era su alumno favorito porque era el más travieso. Los profesores flipaban conmigo. En Segundo de Primaria les conté a mis amigos que los Reyes Magos no existían y me metí en un lío de la hostia. Recuerdo que todos los padres llamaron. Fue exagerado. He sido muy liante, pero de los buenos, eh», apunta. «En Primero de Bachillerato ya la lie demasiado y me expulsaron. Ahí es que la preparé de verdad y se me piró porque con los canutos a veces pasa», añade sin querer dar muchos más detalles.
Sí cuenta que tuvo «una época oscura» que le llevó a mudarse a Londres antes de iniciar su carrera musical o de trabajar como actor en series que le han llevado a Netflix. «Quería aprender inglés y cambiar de aires», comienza relatando. «Estuve trabajando de taxi-bici y estafaba a los turistas. Cuando a lo mejor tres italianos me pedían que les llevase a su hotel, les dejaba en la puerta de un club de striptease que te daba 50 libras por cada persona que metieses», cuenta.
«En Londres al principio fue bien pero después llegó una época aun más oscura. Estuve muy jodido. Me metí en sitios donde no lo tenía que haber hecho y salir de ahí es complicado. Hasta que no ves la muerte de cerca no te asustas y yo he visto la muerte muchas noches al borde de lo que todos sabemos», revela. «Al final he salido solo de ahí porque no me gusta pedir ayuda. Lo he conseguido. Pero apoyo a toda la gente que la pide ya sea para sus problemas con las drogas o con otras cosas. Se puede salir de todo», recalca.
Volviendo a esa faceta artística, cuenta que cuando sacó su primera canción en YouTube su padre le pidió que la escuchasen juntos. «¡Imagínate, qué vergüenza!», recuerda. «Yo no lo eché huevos porque siempre le he tenido mucho respeto. Me dijo que dejase de hacer eso que no me iba a llevar a ningún lado y, mira, ahora está súper orgulloso desde el cielo«, dice.
Su madre tampoco confiaba mucho en lo de la interpretación. «Pero me metí en la carrera y he estado varios años estudiando. Yo soy actor, no hago como algún instagramer famoso que tiene muchos seguidores y luego ves dos tomas y madre mía…», defiende. Hasta el momento, ha trabajado en ficciones como ‘Cristo y Rey’ o ‘Entrevías’. Ahora, dice, está con una docuserie sobre su vida. «Acabo de rodar un capítulo piloto que he financiado yo mismo. Me ha costado mucho dinero pero sé que va a triunfar», afirma convencido.
La pasta le viene de la música, pero también ha ganado cierto dinero jugando al póker. Hace unas semanas disputó un torneo en Bratislava y se volvió a casa con 5.500 euros tras finalizar decimocuarto entre más de 1.500 jugadores.
«No había jugado en mi vida. Bueno, alguna timbita sí, pero nada por internet. Me invitaron y fui. Al final jugando en vivo tiene mucho peso lo que le aguantes la mirada al resto», dice.
Tan aplaudido como criticado por hablar de apuestas en sus letras, defiende que «el póker es diferente porque debería ser catalogado como deporte mental al igual que lo es el ajedrez» y no se oculta al señalar que seguirá jugándose el dinero por ciertos resultados deportivos.
«Si le meto 200 euros a que el Real Madrid gana al Chelsea es porque lo veo seguro y tendré un beneficio. Pero no estoy todos los días haciéndolo y perdiendo dinero. Hay que jugar con responsabilidad. El juego está destruyendo los barrios pobres, es la nueva heroína», afirma.
Hablando de causas sociales, asegura que destinará el 40% de lo que saque con su marca de ropa a la lucha contra el suicidio. «Es un tema que me llama mucho la atención. Me parece una barbaridad que, por ejemplo, un adolescente se suicide porque le están haciendo bullying sin haber contado nada a sus padres. Es muy preocupante y se debería dar más voz a esto. Encima estás mal, vas a pedir cita para el psicólogo y te la dan para dentro de tres meses», sostiene.
Por ahora, su propósito será llenar todas las fechas de la gira por España que comienza el próximo diciembre. Aunque hay más: «Uno de los objetivos que tenía era estar en el top 5 de raperos de España y ya lo he conseguido. Otro, era salir en Netflix. Y ya lo he conseguido. Y, otro, es ganar un Goya. Este es más jodido pero lo voy a ganar».
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