San José, 30 May (Elpaís.cr).- Una contundente mayoría de personas que actualmente realiza teletrabajo en Costa Rica se manifiesta a favor de esta modalidad laboral, al tiempo que reconoce su impacto positivo en el ambiente, de acuerdo con un reciente sondeo elaborado por el Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe), de la Universidad Nacional (UNA).
El estudio, parte del proyecto “El teletrabajo como un mecanismo para contribuir al desarrollo sostenible”, estuvo a cargo de Marco Otoya, director del Cinpe, e Ivannia Bolaños, investigadora de la misma institución.
El objetivo fue explorar cómo esta forma de organización laboral —que ganó popularidad tras la llegada de la pandemia de la COVID-19 en 2020— está vinculada con prácticas sostenibles y cambios de comportamiento ambiental.
Aunque el sondeo no es representativo estadísticamente a nivel nacional, los datos recogidos a través de un formulario en línea (209 personas mayores de 20 años) ofrecen una mirada reveladora sobre las percepciones y realidades del teletrabajo en el país.
Aval masivo al trabajo remoto
El 97% de las personas que participaron en la consulta y que actualmente hacen teletrabajo dijeron sentirse satisfechas con esta modalidad. Sin embargo, el entusiasmo no se traduce necesariamente en una preferencia por el trabajo completamente virtual: el 49.4% señaló que se inclina por un modelo mixto, que combine días presenciales y remotos, mientras solo un 4.82% se decantaría por el teletrabajo 100% remoto.
Un dato interesante es que un 38% de los encuestados afirmó que ya practicaba el teletrabajo antes de la llegada del coronavirus, lo que evidencia que la pandemia vino a acelerar una transformación que ya estaba en marcha.
“La pandemia propició una transformación acelerada de la mano con el trabajo remoto. Hubo una necesidad de crear un distanciamiento físico que impactó no solo en la reducción de emisiones contaminantes, como se determina en este estudio, sino también en la continuidad operativa de las organizaciones y en una mayor conciliación entre la vida laboral y personal”, explicó Ivannia Bolaños.
El teletrabajo como herramienta ambiental
Uno de los enfoques centrales de la investigación fue la relación entre teletrabajo y medio ambiente. En este ámbito, el estudio encontró una conciencia ambiental significativa entre las personas que laboran desde sus casas. Un 82.4% aseguró que practica la separación y el reciclaje de residuos, aunque solo un 5.34% indicó que adoptó este hábito a partir de la pandemia.
La reducción de desplazamientos diarios a los lugares de trabajo trajo consigo un ahorro económico relevante para los trabajadores, especialmente en consumo de combustibles. El 68% reportó un ahorro promedio de ₡17.678,22 por mes. Quienes antes dependían del transporte público también registraron una baja en sus gastos, calculada en ₡15.198 en promedio.
Antes de la implementación masiva del teletrabajo, el 56.63% de las personas utilizaba su vehículo particular para trasladarse a sus centros laborales, mientras que un 28.92% viajaba en bus y un 3.61% en motocicleta. El tren y servicios de transporte colaborativo representaron proporciones menores. Los datos muestran además que, en promedio, los trabajadores se desplazaban 14.41 kilómetros para llegar a sus centros de trabajo, lo que les tomaba unos 48 minutos de ida y 58 minutos de regreso.
Para Marco Otoya, esta reducción en los desplazamientos representa un beneficio ambiental tangible. “Existe una potencial disminución del uso de sistemas como el aire acondicionado cuando las personas trabajan desde sus hogares, y eso es un efecto positivo por la reducción en términos energéticos”, apuntó.
De hecho, el 76.6% de los encuestados indicó que en sus centros laborales se utiliza aire acondicionado, lo cual incide significativamente en el consumo eléctrico. Su menor uso, derivado del trabajo en casa, puede representar un ahorro energético considerable.
Nuevos gastos, nuevos retos
No todo son beneficios económicos. El teletrabajo también ha traído consigo un aumento en los gastos domésticos, según revela el estudio. La adquisición de equipo de oficina, muebles y artículos de limpieza representó un gasto adicional promedio de ₡15.075.
A esto se suma un alza en el consumo eléctrico en el hogar: un 71% de los encuestados dijo haber notado un aumento en su factura, calculado en promedio en ₡6.576. También subieron los costos de alimentos preparados en casa (₡12.832) y servicios como agua potable e Internet (₡4.990).
A pesar de estos incrementos, el 91% de los participantes del estudio considera que el teletrabajo contribuye a reducir los impactos negativos de la actividad humana sobre el medio ambiente. La mayoría vinculó este efecto positivo con la menor emisión de dióxido de carbono al haber menos desplazamientos diarios en vehículos particulares.
Localización geográfica y frecuencia
Desde el punto de vista territorial, el sondeo arrojó que el 41.32% de los encuestados reside en la provincia de Heredia, seguido por San José (28.74%) y Alajuela (26.35%). No obstante, casi la mitad (49.7%) trabaja para empresas ubicadas en San José, lo que refuerza la idea de que el teletrabajo ha permitido desconcentrar geográficamente el empleo sin que las personas deban mudarse a zonas céntricas.
En cuanto a la frecuencia del teletrabajo, las respuestas variaron ampliamente. Un total de 97 personas indicaron que teletrabajan cinco días a la semana; 26 dijeron hacerlo tres días; 21, cuatro días; 11, dos días; y cinco personas, solo uno. Incluso hubo quienes afirmaron trabajar desde casa seis o siete días por semana.
Recomendaciones y sostenibilidad
El proyecto impulsado por el Cinpe también plantea recomendaciones clave para aprovechar el potencial del teletrabajo desde una perspectiva de sostenibilidad. Entre ellas, destacan:
- La creación de incentivos fiscales para empresas que fomenten el trabajo remoto.
- Campañas gubernamentales para la concientización pública sobre las ventajas del teletrabajo.
- La articulación de esta modalidad con programas nacionales como la Bandera Azul Ecológica.
- Su inclusión en Programas de Gestión Ambiental Institucional, como los que operan en el Poder Judicial o el Instituto Nacional de Seguros.
Además, los investigadores identifican un vínculo directo entre el teletrabajo y el cumplimiento de tres Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):
ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico.
ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles.
ODS 12: Producción y consumo responsables.
Una modalidad con futuro
Este estudio se suma a la creciente literatura que respalda al teletrabajo no solo como una solución para garantizar la continuidad operativa durante emergencias sanitarias, sino como un modelo viable para una sociedad más equilibrada, eficiente y ecológica.
A medida que Costa Rica busca afianzar su compromiso con la sostenibilidad, investigaciones como la del Cinpe-UNA resultan clave para diseñar políticas públicas y estrategias empresariales que integren el teletrabajo como un componente estructural del desarrollo nacional.
El debate no debe centrarse únicamente en cuántos días se debe trabajar desde casa, sino en cómo aprovechar al máximo esta modalidad para promover una economía más verde, una mejor calidad de vida y una distribución territorial más equitativa del empleo. El teletrabajo, bien implementado, puede ser mucho más que una opción laboral: puede ser una herramienta para transformar el país.
San José, 30 May (Elpaís.cr).- Una contundente mayoría de personas que actualmente realiza teletrabajo en Costa Rica se manifiesta a favor de esta modalidad laboral, al tiempo que reconoce su impacto positivo en el ambiente, de acuerdo con un reciente sondeo elaborado por el Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe), de
San José, 30 May (Elpaís.cr).- Una contundente mayoría de personas que actualmente realiza teletrabajo en Costa Rica se manifiesta a favor de esta modalidad laboral, al tiempo que reconoce su impacto positivo en el ambiente, de acuerdo con un reciente sondeo elaborado por el Centro Internacional de Política Económica para el Desarrollo Sostenible (Cinpe), de la Universidad Nacional (UNA).
El estudio, parte del proyecto “El teletrabajo como un mecanismo para contribuir al desarrollo sostenible”, estuvo a cargo de Marco Otoya, director del Cinpe, e Ivannia Bolaños, investigadora de la misma institución.
El objetivo fue explorar cómo esta forma de organización laboral —que ganó popularidad tras la llegada de la pandemia de la COVID-19 en 2020— está vinculada con prácticas sostenibles y cambios de comportamiento ambiental.
Aunque el sondeo no es representativo estadísticamente a nivel nacional, los datos recogidos a través de un formulario en línea (209 personas mayores de 20 años) ofrecen una mirada reveladora sobre las percepciones y realidades del teletrabajo en el país.
Aval masivo al trabajo remoto
El 97% de las personas que participaron en la consulta y que actualmente hacen teletrabajo dijeron sentirse satisfechas con esta modalidad. Sin embargo, el entusiasmo no se traduce necesariamente en una preferencia por el trabajo completamente virtual: el 49.4% señaló que se inclina por un modelo mixto, que combine días presenciales y remotos, mientras solo un 4.82% se decantaría por el teletrabajo 100% remoto.
Un dato interesante es que un 38% de los encuestados afirmó que ya practicaba el teletrabajo antes de la llegada del coronavirus, lo que evidencia que la pandemia vino a acelerar una transformación que ya estaba en marcha.
“La pandemia propició una transformación acelerada de la mano con el trabajo remoto. Hubo una necesidad de crear un distanciamiento físico que impactó no solo en la reducción de emisiones contaminantes, como se determina en este estudio, sino también en la continuidad operativa de las organizaciones y en una mayor conciliación entre la vida laboral y personal”, explicó Ivannia Bolaños.
El teletrabajo como herramienta ambiental
Uno de los enfoques centrales de la investigación fue la relación entre teletrabajo y medio ambiente. En este ámbito, el estudio encontró una conciencia ambiental significativa entre las personas que laboran desde sus casas. Un 82.4% aseguró que practica la separación y el reciclaje de residuos, aunque solo un 5.34% indicó que adoptó este hábito a partir de la pandemia.
La reducción de desplazamientos diarios a los lugares de trabajo trajo consigo un ahorro económico relevante para los trabajadores, especialmente en consumo de combustibles. El 68% reportó un ahorro promedio de ₡17.678,22 por mes. Quienes antes dependían del transporte público también registraron una baja en sus gastos, calculada en ₡15.198 en promedio.
Antes de la implementación masiva del teletrabajo, el 56.63% de las personas utilizaba su vehículo particular para trasladarse a sus centros laborales, mientras que un 28.92% viajaba en bus y un 3.61% en motocicleta. El tren y servicios de transporte colaborativo representaron proporciones menores. Los datos muestran además que, en promedio, los trabajadores se desplazaban 14.41 kilómetros para llegar a sus centros de trabajo, lo que les tomaba unos 48 minutos de ida y 58 minutos de regreso.
Para Marco Otoya, esta reducción en los desplazamientos representa un beneficio ambiental tangible. “Existe una potencial disminución del uso de sistemas como el aire acondicionado cuando las personas trabajan desde sus hogares, y eso es un efecto positivo por la reducción en términos energéticos”, apuntó.
De hecho, el 76.6% de los encuestados indicó que en sus centros laborales se utiliza aire acondicionado, lo cual incide significativamente en el consumo eléctrico. Su menor uso, derivado del trabajo en casa, puede representar un ahorro energético considerable.
Nuevos gastos, nuevos retos
No todo son beneficios económicos. El teletrabajo también ha traído consigo un aumento en los gastos domésticos, según revela el estudio. La adquisición de equipo de oficina, muebles y artículos de limpieza representó un gasto adicional promedio de ₡15.075.
A esto se suma un alza en el consumo eléctrico en el hogar: un 71% de los encuestados dijo haber notado un aumento en su factura, calculado en promedio en ₡6.576. También subieron los costos de alimentos preparados en casa (₡12.832) y servicios como agua potable e Internet (₡4.990).
A pesar de estos incrementos, el 91% de los participantes del estudio considera que el teletrabajo contribuye a reducir los impactos negativos de la actividad humana sobre el medio ambiente. La mayoría vinculó este efecto positivo con la menor emisión de dióxido de carbono al haber menos desplazamientos diarios en vehículos particulares.
Localización geográfica y frecuencia
Desde el punto de vista territorial, el sondeo arrojó que el 41.32% de los encuestados reside en la provincia de Heredia, seguido por San José (28.74%) y Alajuela (26.35%). No obstante, casi la mitad (49.7%) trabaja para empresas ubicadas en San José, lo que refuerza la idea de que el teletrabajo ha permitido desconcentrar geográficamente el empleo sin que las personas deban mudarse a zonas céntricas.
En cuanto a la frecuencia del teletrabajo, las respuestas variaron ampliamente. Un total de 97 personas indicaron que teletrabajan cinco días a la semana; 26 dijeron hacerlo tres días; 21, cuatro días; 11, dos días; y cinco personas, solo uno. Incluso hubo quienes afirmaron trabajar desde casa seis o siete días por semana.
Recomendaciones y sostenibilidad
El proyecto impulsado por el Cinpe también plantea recomendaciones clave para aprovechar el potencial del teletrabajo desde una perspectiva de sostenibilidad. Entre ellas, destacan:
- La creación de incentivos fiscales para empresas que fomenten el trabajo remoto.
- Campañas gubernamentales para la concientización pública sobre las ventajas del teletrabajo.
- La articulación de esta modalidad con programas nacionales como la Bandera Azul Ecológica.
- Su inclusión en Programas de Gestión Ambiental Institucional, como los que operan en el Poder Judicial o el Instituto Nacional de Seguros.
Además, los investigadores identifican un vínculo directo entre el teletrabajo y el cumplimiento de tres Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):
ODS 8: Trabajo decente y crecimiento económico.
ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles.
ODS 12: Producción y consumo responsables.
Una modalidad con futuro
Este estudio se suma a la creciente literatura que respalda al teletrabajo no solo como una solución para garantizar la continuidad operativa durante emergencias sanitarias, sino como un modelo viable para una sociedad más equilibrada, eficiente y ecológica.
A medida que Costa Rica busca afianzar su compromiso con la sostenibilidad, investigaciones como la del Cinpe-UNA resultan clave para diseñar políticas públicas y estrategias empresariales que integren el teletrabajo como un componente estructural del desarrollo nacional.
El debate no debe centrarse únicamente en cuántos días se debe trabajar desde casa, sino en cómo aprovechar al máximo esta modalidad para promover una economía más verde, una mejor calidad de vida y una distribución territorial más equitativa del empleo. El teletrabajo, bien implementado, puede ser mucho más que una opción laboral: puede ser una herramienta para transformar el país.
Nacionales – Diario Digital Nuestro País