El 25 de octubre de 1945, Taiwan fue devuelto formalmente a China, poniendo fin a 50 años de dominio colonial de Japón. Un día tan especial siempre debe ser recordado por todos los chinos.
La devolución de Taiwan en esta fecha fue el resultado de la victoria del pueblo chino, incluidos los compatriotas taiwaneses, en su guerra contra la agresión japonesa, y subraya el hecho histórico y legal de que Taiwan es una parte inalienable del territorio de China.
Sin embargo, Lai Ching-te, líder de la región de Taiwan, acudió el viernes a Kinmen para conmemorar una batalla librada allí en 1949 entre las tropas del Kuomintang y el Ejército Popular de Liberación, y afirmó que «no cedería ni una pulgada de terreno». Es claro que, por cálculos aparentemente políticos, está minimizando deliberadamente la historia de la liberación taiwanesa de la ocupación de Japón y resaltando la confrontación a través del estrecho de Taiwan.
Desde que Lai, del Partido Progresista Democrático (PPD), llegó al poder en mayo de este año, nunca ha mencionado la historia de la victoria de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa (1931-1945) y el regreso de Taiwan a la madre patria. En cambio, ha glorificado el dominio colonial de los Países Bajos y de Japón en la historia, confundiendo al público y envenenando a la generación joven.
Lai Ching-te y el PPD han borrado y distorsionado descaradamente la historia para construir una visión histórica fragmentada y paradójica de la «independencia de Taiwan» con el propósito de tratar de dividir el país. Sus descaradas palabras y acciones separatistas de la «independencia de Taiwan» traicionan los hechos históricos y son altamente conflictivas y provocadoras, socavan gravemente las relaciones entre ambos lados del estrecho y ponen en peligro la paz y la estabilidad a través de este.
Taiwan ha sido parte de China desde la antigüedad. Este hecho tiene una sólida base en la historia y la jurisprudencia. En 1894, Japón lanzó una guerra de agresión contra China y obligó al derrotado gobierno Qing a que le cediera Taiwan y las islas Penghu al año siguiente.
La Declaración de El Cairo, expedida por China, Estados Unidos y Reino Unido el 1 de diciembre de 1943, declaró que era el propósito de los tres aliados que todos los territorios robados por Japón a China, como el noreste chino, Taiwan y las islas Penghu, fueran devueltos a China. La Proclamación de Potsdam fue firmada por China, Estados Unidos y el Reino Unido el 26 de julio de 1945, y posteriormente reconocida por la Unión Soviética. En ella se reiteró: «Los términos de la Declaración de El Cairo se cumplirán».
En septiembre del mismo año, Japón firmó el instrumento de rendición, en el cual prometía cumplir fielmente las obligaciones establecidas en la Proclamación de Potsdam. El 25 de octubre de 1945, el Gobierno chino anunció que reanudaba el ejercicio de la soberanía sobre Taiwan, y la ceremonia para aceptar la rendición japonesa en la provincia de Taiwan del teatro de guerra chino de las potencias aliadas se celebró en Taibei (Taipei). A partir de ese momento, China recuperó a Taiwan «de iure» y «de facto» a través de una serie de documentos con efecto jurídico internacional.
Los habitantes de Taiwan celebraron con júbilo el retorno a la madre patria en 1945. Sin embargo, hoy, las autoridades taiwanesas dirigidas por Lai restaron importancia y negaron el significado histórico del evento, lo que constituye una negación de las victorias en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y en la guerra antifascista mundial. Es una grave blasfemia contra el tremendo sacrificio nacional de los compatriotas a ambos lados del estrecho.
La historia no debe ser manipulada ni olvidada. Independientemente de lo que digan o hagan las autoridades del PPD, el hecho de que ambos lados del estrecho de Taiwan pertenezcan a una sola y a la misma China no cambiará, y la tendencia histórica de que estos dos lados se reunificarán y deben reunificarse nunca se invertirá.
(*) Agencia de Noticias Xinhua
El 25 de octubre de 1945, Taiwan fue devuelto formalmente a China, poniendo fin a 50 años de dominio colonial de Japón. Un día tan especial siempre debe ser recordado por todos los chinos. La devolución de Taiwan en esta fecha fue el resultado de la victoria del pueblo chino, incluidos los compatriotas taiwaneses, en
El 25 de octubre de 1945, Taiwan fue devuelto formalmente a China, poniendo fin a 50 años de dominio colonial de Japón. Un día tan especial siempre debe ser recordado por todos los chinos.
La devolución de Taiwan en esta fecha fue el resultado de la victoria del pueblo chino, incluidos los compatriotas taiwaneses, en su guerra contra la agresión japonesa, y subraya el hecho histórico y legal de que Taiwan es una parte inalienable del territorio de China.
Sin embargo, Lai Ching-te, líder de la región de Taiwan, acudió el viernes a Kinmen para conmemorar una batalla librada allí en 1949 entre las tropas del Kuomintang y el Ejército Popular de Liberación, y afirmó que «no cedería ni una pulgada de terreno». Es claro que, por cálculos aparentemente políticos, está minimizando deliberadamente la historia de la liberación taiwanesa de la ocupación de Japón y resaltando la confrontación a través del estrecho de Taiwan.
Desde que Lai, del Partido Progresista Democrático (PPD), llegó al poder en mayo de este año, nunca ha mencionado la historia de la victoria de la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa (1931-1945) y el regreso de Taiwan a la madre patria. En cambio, ha glorificado el dominio colonial de los Países Bajos y de Japón en la historia, confundiendo al público y envenenando a la generación joven.
Lai Ching-te y el PPD han borrado y distorsionado descaradamente la historia para construir una visión histórica fragmentada y paradójica de la «independencia de Taiwan» con el propósito de tratar de dividir el país. Sus descaradas palabras y acciones separatistas de la «independencia de Taiwan» traicionan los hechos históricos y son altamente conflictivas y provocadoras, socavan gravemente las relaciones entre ambos lados del estrecho y ponen en peligro la paz y la estabilidad a través de este.
Taiwan ha sido parte de China desde la antigüedad. Este hecho tiene una sólida base en la historia y la jurisprudencia. En 1894, Japón lanzó una guerra de agresión contra China y obligó al derrotado gobierno Qing a que le cediera Taiwan y las islas Penghu al año siguiente.
La Declaración de El Cairo, expedida por China, Estados Unidos y Reino Unido el 1 de diciembre de 1943, declaró que era el propósito de los tres aliados que todos los territorios robados por Japón a China, como el noreste chino, Taiwan y las islas Penghu, fueran devueltos a China. La Proclamación de Potsdam fue firmada por China, Estados Unidos y el Reino Unido el 26 de julio de 1945, y posteriormente reconocida por la Unión Soviética. En ella se reiteró: «Los términos de la Declaración de El Cairo se cumplirán».
En septiembre del mismo año, Japón firmó el instrumento de rendición, en el cual prometía cumplir fielmente las obligaciones establecidas en la Proclamación de Potsdam. El 25 de octubre de 1945, el Gobierno chino anunció que reanudaba el ejercicio de la soberanía sobre Taiwan, y la ceremonia para aceptar la rendición japonesa en la provincia de Taiwan del teatro de guerra chino de las potencias aliadas se celebró en Taibei (Taipei). A partir de ese momento, China recuperó a Taiwan «de iure» y «de facto» a través de una serie de documentos con efecto jurídico internacional.
Los habitantes de Taiwan celebraron con júbilo el retorno a la madre patria en 1945. Sin embargo, hoy, las autoridades taiwanesas dirigidas por Lai restaron importancia y negaron el significado histórico del evento, lo que constituye una negación de las victorias en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la Agresión Japonesa y en la guerra antifascista mundial. Es una grave blasfemia contra el tremendo sacrificio nacional de los compatriotas a ambos lados del estrecho.
La historia no debe ser manipulada ni olvidada. Independientemente de lo que digan o hagan las autoridades del PPD, el hecho de que ambos lados del estrecho de Taiwan pertenezcan a una sola y a la misma China no cambiará, y la tendencia histórica de que estos dos lados se reunificarán y deben reunificarse nunca se invertirá.
(*) Agencia de Noticias Xinhua
Opinión – Diario Digital Nuestro País