San Salvador, 30 nov (Xinhua) — Jóvenes talentos de Mesoamérica se reunieron este fin de semana en El Salvador para celebrar, por primera vez, el Mundial Juvenil de Pelota Maya, en busca de mantener viva esta actividad ancestral relacionada con aspectos solares, bélicos y agrícolas.
El Complejo Deportivo Jorge «Chapupo» Rodríguez, en San Salvador (capital), fue el escenario ideal para que más de un centenar de jugadores provenientes de México, Belice, Honduras, Guatemala, Panamá y El Salvador compitieran por obtener el primer puesto de la peculiar contienda que busca fomentar el intercambio cultural entre los pueblos de la región.
Culturas antiguas de Mesoamérica, como la maya, la azteca y la olmeca, practicaron este deporte, en el que los contrincantes podían utilizar las caderas, codos o antebrazos para golpear una pelota de caucho y hacerla pasar a través de un aro de piedra.
El juego prohíbe el contacto de la pelota con las manos o los pies. Si esto ocurre, el equipo sufre la pérdida de puntos o la concesión de un punto al equipo contrario.
Para la joven salvadoreña Zulma Guevara Santos, practicar este deporte ancestral es «todo un honor», pues con ello prevalecen las costumbres y tradiciones de sus antepasados.
«Mi interés, más que todo, va en querer rescatar el deporte que nuestros antepasados practicaban», dijo Guevara Santos a Xinhua.
El juego de pelota requiere resistencia y agilidad; sin embargo, esto no ha sido un impedimento para que Zulma pase su tiempo libre preparándose para competir.
«Es emocionante participar con diferentes países. También hemos tenido la oportunidad de viajar a Guatemala, representando a El Salvador. Es un orgullo para nosotros representar al país», agregó la atleta.
Al igual que Guevara, el jugador guatemalteco Amaru Zabala participa en el encuentro, el cual le ha permitido conocer otras culturas y rescatar sus raíces mayas.
«Lo veo muy bien por parte de países como El Salvador y Belice, pues están tratando la manera de rescatar nuestra cultura porque, al final, todos pertenecemos a una misma cultura, como es la maya», consideró.
En adición, la entrenadora juvenil femenina de pelota maya Paty Murga se mostró emocionada por formar parte del torneo mundial que ha cautivado tanto a jóvenes como a niños.
«El deporte ancestral estaba perdido hace muchos años. Entonces, esto ha motivado a estos chicos porque es algo nuevo, es algo diferente, es un deporte de mucha resistencia, de mucha disciplina. Esto ha permitido que ellos se involucren, y también para mantener vivas las tradiciones de nosotros», agregó Murga.
En esta ocasión, el equipo de México ganó en la rama varonil y El Salvador en la femenil, alzando un trofeo en reconocimiento a su esfuerzo.
Además de ser un deporte, el juego de pelota tiene connotaciones simbólicas, ya que las antiguas civilizaciones creían que el juego representaba una batalla cósmica entre las fuerzas de la vida y la muerte, lo que tenía un impacto en el equilibrio del universo.
San Salvador, 30 nov (Xinhua) — Jóvenes talentos de Mesoamérica se reunieron este fin de semana en El Salvador para celebrar, por primera vez, el Mundial Juvenil de Pelota Maya, en busca de mantener viva esta actividad ancestral relacionada con aspectos solares, bélicos y agrícolas. El Complejo Deportivo Jorge «Chapupo» Rodríguez, en San Salvador (capital),
San Salvador, 30 nov (Xinhua) — Jóvenes talentos de Mesoamérica se reunieron este fin de semana en El Salvador para celebrar, por primera vez, el Mundial Juvenil de Pelota Maya, en busca de mantener viva esta actividad ancestral relacionada con aspectos solares, bélicos y agrícolas.
El Complejo Deportivo Jorge «Chapupo» Rodríguez, en San Salvador (capital), fue el escenario ideal para que más de un centenar de jugadores provenientes de México, Belice, Honduras, Guatemala, Panamá y El Salvador compitieran por obtener el primer puesto de la peculiar contienda que busca fomentar el intercambio cultural entre los pueblos de la región.
Culturas antiguas de Mesoamérica, como la maya, la azteca y la olmeca, practicaron este deporte, en el que los contrincantes podían utilizar las caderas, codos o antebrazos para golpear una pelota de caucho y hacerla pasar a través de un aro de piedra.
El juego prohíbe el contacto de la pelota con las manos o los pies. Si esto ocurre, el equipo sufre la pérdida de puntos o la concesión de un punto al equipo contrario.
Para la joven salvadoreña Zulma Guevara Santos, practicar este deporte ancestral es «todo un honor», pues con ello prevalecen las costumbres y tradiciones de sus antepasados.
«Mi interés, más que todo, va en querer rescatar el deporte que nuestros antepasados practicaban», dijo Guevara Santos a Xinhua.
El juego de pelota requiere resistencia y agilidad; sin embargo, esto no ha sido un impedimento para que Zulma pase su tiempo libre preparándose para competir.
«Es emocionante participar con diferentes países. También hemos tenido la oportunidad de viajar a Guatemala, representando a El Salvador. Es un orgullo para nosotros representar al país», agregó la atleta.
Al igual que Guevara, el jugador guatemalteco Amaru Zabala participa en el encuentro, el cual le ha permitido conocer otras culturas y rescatar sus raíces mayas.
«Lo veo muy bien por parte de países como El Salvador y Belice, pues están tratando la manera de rescatar nuestra cultura porque, al final, todos pertenecemos a una misma cultura, como es la maya», consideró.
En adición, la entrenadora juvenil femenina de pelota maya Paty Murga se mostró emocionada por formar parte del torneo mundial que ha cautivado tanto a jóvenes como a niños.
«El deporte ancestral estaba perdido hace muchos años. Entonces, esto ha motivado a estos chicos porque es algo nuevo, es algo diferente, es un deporte de mucha resistencia, de mucha disciplina. Esto ha permitido que ellos se involucren, y también para mantener vivas las tradiciones de nosotros», agregó Murga.
En esta ocasión, el equipo de México ganó en la rama varonil y El Salvador en la femenil, alzando un trofeo en reconocimiento a su esfuerzo.
Además de ser un deporte, el juego de pelota tiene connotaciones simbólicas, ya que las antiguas civilizaciones creían que el juego representaba una batalla cósmica entre las fuerzas de la vida y la muerte, lo que tenía un impacto en el equilibrio del universo.
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