Un análisis hecho en el Colegio de Ciencias Económicas concluye que la tasa de ocupación en Costa Rica sigue estando por debajo del histórico promedio. Este indicador calcula la proporción de personas con trabajo en relación con la población en edad de trabajar.
Si bien es cierto el número de personas con empleo ha aumentado, también así la población en edad para trabajar, por lo que el efecto se vuelve nulo (deja de crecer) o más bien decrece.
Previo a la pandemia a tasa de ocupación llegaba a 54,9%, mientras que en la actualidad el número llega a 52,5%, según datos del Instituto Costarricense de Estadística y Censos (INEC).
Para recuperar lo que hace falta es necesario crear 102.000 empleos, según el cálculo hecho por el exviceministro de Hacienda y economista del colegio, José Francisco Pacheco.

Captura de la presentación hecha por José Francico Pacheco sobre los niveles de ocupación en Costa Rica.
¿Qué es lo que le impide al país crecer en empleo?
Varias son las razones que impiden a Costa Rica alcanzar los niveles de empleo que había gozado en los años anteriores.
El primero de ellos es que hay un envejecimiento de la fuerza laboral, lo que provoca que algunas personas se retiren. Algunas de ellas llegan a su adultez mayor con pensión, pero otras no.
Otro factor identificado es que hay un grupo de personas que después de la pandemia no regresaron a trabajar, porque desde su perspectiva no vale la pena ir a buscar un puesto. Pacheco explica que este escenario es entendible para una persona que solo puede optar por puestos con salarios muy bajos debido a su perfil y sus capacidades. Salir a buscar un empleo puede generar gastos en lugar de ingresos.
Por otro lado, hay cerca de 468.000 mujeres fuera de la fuerza de trabajo (es decir, ni tienen empleo y no lo están buscando) debido a responsabilidades del hogar. Es decir, no participan en el mercado laboral porque se le recargaron las labores de cuido del menores, adultos mayores, aseo, comida y otros.
Un factor más es que se está transformando el perfil de los trabajadores que necesitan las empresas. El mercado está evolucionando y las compañías tienen nuevas necesidades que podría no estar siendo satisfechas por la oferta educativa.
El resultado también se ve afectado por otras tendencias del mercado laboral, como el teletrabajo y las economías colaborativas.
“El futuro del mercado laboral costarricense dependerá de la capacidad del país para adaptarse a estas nuevas dinámica y para ofrecer soluciones eficaces a los problemas que afectan a grupos clave como los jóvenes, las mujeres y las personas fuera de la fuerza laboral”, dice un pronunciamiento del Colegio de Ciencias Económicas.
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Después de la pandemia, hubo un grupo de personas que se quedó en casa y no salió más a trabajar.
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Un análisis hecho en el Colegio de Ciencias Económicas concluye que la tasa de ocupación en Costa Rica sigue estando por debajo del histórico promedio. Este indicador calcula la proporción de personas con trabajo en relación con la población en edad de trabajar.
Si bien es cierto el número de personas con empleo ha aumentado, también así la población en edad para trabajar, por lo que el efecto se vuelve nulo (deja de crecer) o más bien decrece.
Previo a la pandemia a tasa de ocupación llegaba a 54,9%, mientras que en la actualidad el número llega a 52,5%, según datos del Instituto Costarricense de Estadística y Censos (INEC).
Para recuperar lo que hace falta es necesario crear 102.000 empleos, según el cálculo hecho por el exviceministro de Hacienda y economista del colegio, José Francisco Pacheco.

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Varias son las razones que impiden a Costa Rica alcanzar los niveles de empleo que había gozado en los años anteriores.
El primero de ellos es que hay un envejecimiento de la fuerza laboral, lo que provoca que algunas personas se retiren. Algunas de ellas llegan a su adultez mayor con pensión, pero otras no.
Otro factor identificado es que hay un grupo de personas que después de la pandemia no regresaron a trabajar, porque desde su perspectiva no vale la pena ir a buscar un puesto. Pacheco explica que este escenario es entendible para una persona que solo puede optar por puestos con salarios muy bajos debido a su perfil y sus capacidades. Salir a buscar un empleo puede generar gastos en lugar de ingresos.
Por otro lado, hay cerca de 468.000 mujeres fuera de la fuerza de trabajo (es decir, ni tienen empleo y no lo están buscando) debido a responsabilidades del hogar. Es decir, no participan en el mercado laboral porque se le recargaron las labores de cuido del menores, adultos mayores, aseo, comida y otros.
Un factor más es que se está transformando el perfil de los trabajadores que necesitan las empresas. El mercado está evolucionando y las compañías tienen nuevas necesidades que podría no estar siendo satisfechas por la oferta educativa.
El resultado también se ve afectado por otras tendencias del mercado laboral, como el teletrabajo y las economías colaborativas.
“El futuro del mercado laboral costarricense dependerá de la capacidad del país para adaptarse a estas nuevas dinámica y para ofrecer soluciones eficaces a los problemas que afectan a grupos clave como los jóvenes, las mujeres y las personas fuera de la fuerza laboral”, dice un pronunciamiento del Colegio de Ciencias Económicas.
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