<p>La extrema derecha francesa se ha apropiado a su manera del mito de <strong>Brigitte Bardot</strong> y la ha despedido como «una ardiente patriota». Una de las elegías más sonadas tras su muerte ha sido la que tributó Jordan Bardella, el delfín de <strong>Marine Le Pen</strong>, que la despidió como «una mujer de corazón, convicción y carácter» y como «la encarnación de una era francesa y de una cierta idea de la valentía y la libertad».</p>
Brigitte Bardot, simpatizante del Frente Nacional, dijo de Marine Le Pen que era «la Juana de Arco del siglo XXI» y «la única política con pelotas»
La extrema derecha francesa se ha apropiado a su manera del mito de Brigitte Bardot y la ha despedido como «una ardiente patriota». Una de las elegías más sonadas tras su muerte ha sido la que tributó Jordan Bardella, el delfín de Marine Le Pen, que la despidió como «una mujer de corazón, convicción y carácter» y como «la encarnación de una era francesa y de una cierta idea de la valentía y la libertad».
«Los franceses han perdido a la Marianne que tanto amaban, cuya belleza asombró al mundo», apostilló el joven baluarte y posible aspirante a presidente de Agrupación Nacional (RN), en un guiño a la nostalgia republicana por tiempos mejores a las que suelen recurrir los extremos políticos.
Marine Le Pen, a quien la propia BB ensalzó en vida como «la Juana de Arco del siglo XXI» (y como «la única política con pelotas»), la despidió en las redes sociales como «una mujer increíblemente francesa, libre, indómita, completa». Y también excepcional por «talento, su coraje, su franqueza y su belleza».
Este lunes se ha sabido que Brigitte Bardot será enterrada en el cementerio marino de Saint-Tropez, justo a las tumbas de sus padres, según ha confirmado el Ayuntamiento de la ciudad, que no ha especificado si habrá un funeral privado o público. Bardot había expresado anteriormente su deseo de «descansar» en su finca legendaria de La Madrague. «Me enterrarán en el jardín, en un lugar pequeño cerca del mar que ha sido aprobado por las autoridades», delcaró hace siete años a Le Monde.
Las relaciones de BB con la extrema derecha se remontan a principios de los años 90, cuando contrató como abogado de su fundación por los derechos de los animales a Jean-Louis Bouguereau. Fue en una cena organizada por Bouguereau, en Saint-Tropez y en 1992, donde la ex actriz conoció al que sería su cuarto y último marido, Bernard d’Ormale, asesor a Jean-Marie Le Pen, el fundador del Frente Nacional (FN).
Ya en los años 90 dio Brigitte Bardot públicamente su apoyo a los candidatos municipales del Frente Nacional (FN) en los municipios del sur de Francia. En un entrevista en la revista de extrema derecha «Presente», alzó la voz contra la inmigración incontrolada: «Algún día seremos sacrificados y lo merecemos. ¿Francia musulmana, una Marianne magrebí? ¿Por qué no, llegados al punto en el que estamos?».
En cinco ocasiones, entre 1997 y 2008, tuvo que rendir cuentas ante los tribunales BB por sus comentarios racistas, como cuando llamó «salvajes» a los inmigrantes de Isla Reunión. En un caso fue multada en París con 15.000 euros por referirse a los musulmanes como «esa población que nos está destruyendo e imponiéndonos sus actos». En una curiosa mezcla con su vertiente de militante «animalista», Bardot condenó abiertamente el sacrificio ritual de ovejas y la importación de carne «halal».
En su último libro, Mon BBcedaire («Mi BBcedario»), publicado meses antes de su muerte, deja bien claro cuál era su credo político: «La derecha [de Le Pen] es el único remedio urgente para evitar la agonía de Francia». El país que ahora le despide con orgullo y con lágrimas se ha convertido en su opinión en un lugar «aburrido, triste, sumiso, arruinado, devastado, ordinario y vulgar».
A Emmanuel Macron, que la despidió como «una leyenda del siglo XX», llegó a calificarle en vida como «un ser maléfico que ha convertido Francia en un cubo de basura que le sirve de trono». Huelga decir que en las elecciones presidenciales del 2012 y del 2017 dio su apoyo a Marine Le Pen.
Su BBcedario, por cierto, incluye también referencias muy críticas a los gays, a las personas trasgénero y al feminismo reencarnado en su opinión en #MeToo («un movimiento ridículo, decadente y sin interés»). Una de sus más sonadas intervenciones este año fue precisamente en defensa de Gerard Depardieu y «de la gente con talento con toca el culo a las chicas».
Cultura
