Después de un primer intento que no tuvo resultados positivos, el grupo resolutor del caso Desyfin intentará otra vez vender la cartera de crédito de la financiera, que fue declarada inviable el año pasado.
Esta semana el equipo a cargo de la resolución informó que iniciará la devolución de fondos a los depositantes afectados. A quienes tienen ¢6 millones o menos se les devolverá el 100%. En este grupo hay 2.989 personas.
A quienes tienen más de ¢6 millones se les pagará esa base garantizada y el 48,97% del exceso sobre ese monto. En esta condición están 1.031 depositantes.
OBSERVE MÁS: Depositantes de Desyfin podrán retirar los ¢6 millones garantizados a partir de agosto: revise las fechas
Segundo intento de venta busca aumentar la devolución
Con el fin de aumentar ese porcentaje a los depositantes que tenían más de ¢6 millones es que se volverá a intentar vender la cartera de crédito y otros activos de Desyfin (como el edificio en el que opera ubicado en Escazú).
La resolutora del caso, Marianne Kött, explicó que lo primero que intentaron fue la ruta conocida como “banco bueno, banco malo”. Consiste en que alguna entidad compre la cartera que está en buenas condiciones y también los pasivos para que continúe con su administración. A esto se le llama “banco bueno”. A lo que queda se le conoce como “banco malo” y es administrado en un fideicomiso con el fin de aumentar las recuperaciones.
Según Kött enviaron 35 invitaciones a entidades para participar del “banco bueno, banco malo”. De ellas 11 manifestaron interés, 9 firmaron contratos de confidencialidad y 4 hicieron la debida diligencia (que es analizar la información de los créditos).
Al final solo una presentó oferta, pero tenía debilidades legales que impidió concretarlo.
“Esta cartera no a todas las entidades les interesa porque es un nicho muy específico”, señaló el resolutor adjunto, Rodolfo González. Pequeñas y medianas empresas (pymes), factore y arrendamientos representan la mayor parte de los clientes de Desyfin.
Segundo intento: un mecanismo más directo
González explicó que este segundo mecanismo es más directo. En este caso no tendrán que negociar los pasivos y eso hace que cambie la operativa, el costo y las complejidades.
Ya hay siete entidades interesadas y, en caso de continuar con el proceso, tendrán que hacer las ofertas. Estas serán analizadas y aprobadas por el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif).
Los activos de la entidad suman un total de ¢176.611 millones. El primer pago que se le hará a los depositantes abarcará ¢63.839 millones de ese monto.
El restante todavía está por recuperar mediante el edficio, bienes adjudicados y la cartera de crédito.
The post Autoridades intentan, por segunda vez, vender la cartera de crédito de Desyfin: “No a todas las entidades les interesa” appeared first on El Observador CR.
Muchos de los clientes de esta financiera eran pymes, que son un nicho muy específico.
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Después de un primer intento que no tuvo resultados positivos, el grupo resolutor del caso Desyfin intentará otra vez vender la cartera de crédito de la financiera, que fue declarada inviable el año pasado.
Esta semana el equipo a cargo de la resolución informó que iniciará la devolución de fondos a los depositantes afectados. A quienes tienen ¢6 millones o menos se les devolverá el 100%. En este grupo hay 2.989 personas.
A quienes tienen más de ¢6 millones se les pagará esa base garantizada y el 48,97% del exceso sobre ese monto. En esta condición están 1.031 depositantes.
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Segundo intento de venta busca aumentar la devolución
Con el fin de aumentar ese porcentaje a los depositantes que tenían más de ¢6 millones es que se volverá a intentar vender la cartera de crédito y otros activos de Desyfin (como el edificio en el que opera ubicado en Escazú).
La resolutora del caso, Marianne Kött, explicó que lo primero que intentaron fue la ruta conocida como “banco bueno, banco malo”. Consiste en que alguna entidad compre la cartera que está en buenas condiciones y también los pasivos para que continúe con su administración. A esto se le llama “banco bueno”. A lo que queda se le conoce como “banco malo” y es administrado en un fideicomiso con el fin de aumentar las recuperaciones.
Según Kött enviaron 35 invitaciones a entidades para participar del “banco bueno, banco malo”. De ellas 11 manifestaron interés, 9 firmaron contratos de confidencialidad y 4 hicieron la debida diligencia (que es analizar la información de los créditos).
Al final solo una presentó oferta, pero tenía debilidades legales que impidió concretarlo.
“Esta cartera no a todas las entidades les interesa porque es un nicho muy específico”, señaló el resolutor adjunto, Rodolfo González. Pequeñas y medianas empresas (pymes), factore y arrendamientos representan la mayor parte de los clientes de Desyfin.
Segundo intento: un mecanismo más directo
González explicó que este segundo mecanismo es más directo. En este caso no tendrán que negociar los pasivos y eso hace que cambie la operativa, el costo y las complejidades.
Ya hay siete entidades interesadas y, en caso de continuar con el proceso, tendrán que hacer las ofertas. Estas serán analizadas y aprobadas por el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif).
Los activos de la entidad suman un total de ¢176.611 millones. El primer pago que se le hará a los depositantes abarcará ¢63.839 millones de ese monto.
El restante todavía está por recuperar mediante el edficio, bienes adjudicados y la cartera de crédito.
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