La Sociedad Administradora de Fondos de Inversión del Banco de Costa Rica (BCR SAFI) corre el riesgo de caer en un quiebre técnico. Esto debido a un aporte económico que tendría que hacer a favor de un grupo de inversionistas, quienes se han visto afectados por un negocio aparentemente irregular hecho por la misma SAFI.
En el año 2020 dicha sociedad compró el Parque Empresarial del Pacífico (PEP) por la suma de $70 millones. El objetivo era administrar este inmueble de bodegas, sacarle provecho y distribuir los beneficios entre los inversionistas del Fondo de Inversión Inmobiliario No Diversificado (FIIND).
Sin embargo, años después trascendió que la propiedad tenía un valor real de $34,7 millones, que no estaba terminada al ser comprada y hasta marzo del 2025 solo tenía un inquilino que estaba atrasado con los pagos.
En medio de las irregularidades, la Superintendencia General de Valores (Sugeval) le solicitó a la SAFI aportar de fondos propios $70 millones al fondo privado afectado por este negocio. Si la sociedad no tiene suficientes recursos el BCR, de capital público, debe ser el que haga el aporte, debido a que es su subsidiaria, por lo que responde tanto por las decisiones de la SAFI como para apoyarla en términos financieros.
BCR sale mal en cualquiera de los tres escenarios
La Gerencia de Contabilidad General y Presupuestos del BCR elaboró un informe en el que esbozó tres posibles escenarios para cumplir con la orden que giró Sugeval al banco y a su subsidiaria. Deben aportar los $70 millones al fondo privado, para sacar la polémica propiedad del portafolio y normalizar la situación financiera de los inversores privados.
El primer escenario: que el BCR compre el Parque Empresarial
El plan sería que la SAFI le devuelva al BCR un aporte que ya había hecho por ¢22.000 millones como contingente, por las posibles pérdidas que podría generar la compra del PEP y también por orden de Sugeval.
El BCR tomaría esos recursos y aportaría el adicional hasta llegar a los $82.519.397,28 millones al fondo. Es decir, un total de ¢41.000 millones, aproximadamente.
Sin embargo, de forma obligatoria el banco tendría que hacer un ajuste en el valor real del activo tras comprarlo, por un monto de $28.012 millones.
Este ajuste provocaría un impacto directo en las utilidades del periodo contable en el que se haga. Las utilidades del banco bajaría en ¢13.066 millones. La entidad calcula que los aportes que hace a distintas instituciones mediante cargas parafiscales caerían un -28,65% sobre el esperado al cierre del 2025 (si la compra se hiciera este año).
OBSERVE MÁS: Sin precedentes: rancio negocio en el BCR pone en riesgo $70 millones de fondos públicos
“Impacta las utilidades a tal punto que destruye valor toda vez que genera una disminución sobre el patrimonio ajustado proyectado del banco en ¢13.066 millones. De ahí que es notorio el daño grave que estaría percibiendo el banco”, dice una medida cautelar judicial, mediante la cual el banco pretende no tener que cumplir con la orden de Sugeval.
El quiebre de la SAFI
El segundo escenario: que sea la SAFI la que compre el Parque Empresarial
El segundo escenario es que sea la SAFI la que adquiera la propiedad, no el banco. Sin embargo, para esto se necesitaría que el banco haga un segundo aporte a su subsidiaria por la suma de ¢21.200 millones adicionales a los ¢22.000 que ya realizado.
De esta forma, podría restituir al fondo privado el monto que pagaron altos funcionarios del BCR durante el rancio negocio que ya se investiga en la vía administrativa y judicial.
Pero como ya se mencionó, la SAFI también se vería obligada a revalorar el activo después de comprarlo, por la suma de ¢28.012 millones.
“Se genera una pérdida de forma automática a BCR SAFI impactando resultados y capital, dejando la subsidiaria en quiebra técnica”, dice el informe interno del BCR, que es citado en la medida cautelar. Esto implica que la sociedad se halla en incapacidad de cumplir con sus compromisos financieros.
Bajo este escenario, las pérdidas superarían el 50% del capital (llegarían hasta 56,70%) lo que iría en contra de la norma del regulador. La subsidiaria no podría operar y el banco tendría que capitalizar, otra vez, para sustentar su suficiencia patrimonial.
Si el BCR hace la primera capitalización esto impactaría las utilidades en ¢13.066 millones y la desmejora de forma directa de todos los indicadores:
- Índice de Eficiencia Operativa: -5,91%
- ROE: -1,73%
- Suficiencia Patrimonial: -0,0%
“La imagen del banco y la confianza que proyecta al público se vería severamente dañada al momento en que se produjese esa quiebra técnica de la SAFI”, expone en el BCR en la medida cautelar presentada el pasado 2 de setiembre y de la cual este medio tiene copia.
OBSERVE MÁS: Superintendente de Valores consternado por decisión del BCR: “Es imposible echarle el muerto a Sugeval”
Tercer escenario: doble capitalización
El tercer escenario corresponde a una capitalización que haría el BCR a su subsidiaria por ¢21.200 millones. De esta forma, la SAFI compraría el inmueble.
Posteriormente, como ya se mencionó previamente, la SAFI tiene que actualizar el valor de la propiedad y restarle lo que corresponde, según las inconsistencias que se han detectado. Para que las pérdidas de la SAFI no superen el 50% tras esta actualización del valor de la propiedad, el BCR tendría que hacer una segunda capitalización a su subsidiaria por la suma de ¢7.000 millones.
“Evita la quiebra técnica de la SAFI pero a un costo económico alto para el banco, que al final terminaría asumiendo la pérdida al momento de consolidar los estados financieros”, señala el informe hecho en la entidad bancaria.
Otro elemento a tomar en cuenta es que BCR SAFI no podría explotar el alquiler del PEP por sí sola porque los bancos comerciales tienen prohibido, entre otros negocios, participar en bienes raíces.
“Considerar que BCR SAFI pueda realizar un uso del activo e instalaciones para su operación y normal funcionamiento resultado un escenario inviable”, señala el mismo texto.
Ninguno de los escenarios es viable
En la medida cautelar el BCR considera inviables los tres escenarios.
El impacto sobre las utilidades llegaría a un 23,85% para el periodo 2025. Además, el Indicador de Suficiencia Patrimonial podría deteriorarse cerca de 24 puntos base (o,24%).
“En los tres escenarios desarrollados deterioran los indicadores financieros del BCR y de BCR SAFI, así como las utilidades”, dice el informe del banco, citado en la medida cautelar.
Como parte de la medida, el banco también alertó de un “grave daño reputacional” que afectaría al Conglomerado Financiero BCR si atiende lo ordenado por Sugeval.
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Informe advierte que la SAFI del BCR podría quebrar y esto también afectaría la imagen del banco como un todo.
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La Sociedad Administradora de Fondos de Inversión del Banco de Costa Rica (BCR SAFI) corre el riesgo de caer en un quiebre técnico. Esto debido a un aporte económico que tendría que hacer a favor de un grupo de inversionistas, quienes se han visto afectados por un negocio aparentemente irregular hecho por la misma SAFI.
En el año 2020 dicha sociedad compró el Parque Empresarial del Pacífico (PEP) por la suma de $70 millones. El objetivo era administrar este inmueble de bodegas, sacarle provecho y distribuir los beneficios entre los inversionistas del Fondo de Inversión Inmobiliario No Diversificado (FIIND).
Sin embargo, años después trascendió que la propiedad tenía un valor real de $34,7 millones, que no estaba terminada al ser comprada y hasta marzo del 2025 solo tenía un inquilino que estaba atrasado con los pagos.
En medio de las irregularidades, la Superintendencia General de Valores (Sugeval) le solicitó a la SAFI aportar de fondos propios $70 millones al fondo privado afectado por este negocio. Si la sociedad no tiene suficientes recursos el BCR, de capital público, debe ser el que haga el aporte, debido a que es su subsidiaria, por lo que responde tanto por las decisiones de la SAFI como para apoyarla en términos financieros.
BCR sale mal en cualquiera de los tres escenarios
La Gerencia de Contabilidad General y Presupuestos del BCR elaboró un informe en el que esbozó tres posibles escenarios para cumplir con la orden que giró Sugeval al banco y a su subsidiaria. Deben aportar los $70 millones al fondo privado, para sacar la polémica propiedad del portafolio y normalizar la situación financiera de los inversores privados.
El primer escenario: que el BCR compre el Parque Empresarial
El plan sería que la SAFI le devuelva al BCR un aporte que ya había hecho por ¢22.000 millones como contingente, por las posibles pérdidas que podría generar la compra del PEP y también por orden de Sugeval.
El BCR tomaría esos recursos y aportaría el adicional hasta llegar a los $82.519.397,28 millones al fondo. Es decir, un total de ¢41.000 millones, aproximadamente.
Sin embargo, de forma obligatoria el banco tendría que hacer un ajuste en el valor real del activo tras comprarlo, por un monto de $28.012 millones.
Este ajuste provocaría un impacto directo en las utilidades del periodo contable en el que se haga. Las utilidades del banco bajaría en ¢13.066 millones. La entidad calcula que los aportes que hace a distintas instituciones mediante cargas parafiscales caerían un -28,65% sobre el esperado al cierre del 2025 (si la compra se hiciera este año).
OBSERVE MÁS: Sin precedentes: rancio negocio en el BCR pone en riesgo $70 millones de fondos públicos
“Impacta las utilidades a tal punto que destruye valor toda vez que genera una disminución sobre el patrimonio ajustado proyectado del banco en ¢13.066 millones. De ahí que es notorio el daño grave que estaría percibiendo el banco”, dice una medida cautelar judicial, mediante la cual el banco pretende no tener que cumplir con la orden de Sugeval.
El quiebre de la SAFI
El segundo escenario: que sea la SAFI la que compre el Parque Empresarial
El segundo escenario es que sea la SAFI la que adquiera la propiedad, no el banco. Sin embargo, para esto se necesitaría que el banco haga un segundo aporte a su subsidiaria por la suma de ¢21.200 millones adicionales a los ¢22.000 que ya realizado.
De esta forma, podría restituir al fondo privado el monto que pagaron altos funcionarios del BCR durante el rancio negocio que ya se investiga en la vía administrativa y judicial.
Pero como ya se mencionó, la SAFI también se vería obligada a revalorar el activo después de comprarlo, por la suma de ¢28.012 millones.
“Se genera una pérdida de forma automática a BCR SAFI impactando resultados y capital, dejando la subsidiaria en quiebra técnica”, dice el informe interno del BCR, que es citado en la medida cautelar. Esto implica que la sociedad se halla en incapacidad de cumplir con sus compromisos financieros.
Bajo este escenario, las pérdidas superarían el 50% del capital (llegarían hasta 56,70%) lo que iría en contra de la norma del regulador. La subsidiaria no podría operar y el banco tendría que capitalizar, otra vez, para sustentar su suficiencia patrimonial.
Si el BCR hace la primera capitalización esto impactaría las utilidades en ¢13.066 millones y la desmejora de forma directa de todos los indicadores:
- Índice de Eficiencia Operativa: -5,91%
- ROE: -1,73%
- Suficiencia Patrimonial: -0,0%
“La imagen del banco y la confianza que proyecta al público se vería severamente dañada al momento en que se produjese esa quiebra técnica de la SAFI”, expone en el BCR en la medida cautelar presentada el pasado 2 de setiembre y de la cual este medio tiene copia.
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Tercer escenario: doble capitalización
El tercer escenario corresponde a una capitalización que haría el BCR a su subsidiaria por ¢21.200 millones. De esta forma, la SAFI compraría el inmueble.
Posteriormente, como ya se mencionó previamente, la SAFI tiene que actualizar el valor de la propiedad y restarle lo que corresponde, según las inconsistencias que se han detectado. Para que las pérdidas de la SAFI no superen el 50% tras esta actualización del valor de la propiedad, el BCR tendría que hacer una segunda capitalización a su subsidiaria por la suma de ¢7.000 millones.
“Evita la quiebra técnica de la SAFI pero a un costo económico alto para el banco, que al final terminaría asumiendo la pérdida al momento de consolidar los estados financieros”, señala el informe hecho en la entidad bancaria.
Otro elemento a tomar en cuenta es que BCR SAFI no podría explotar el alquiler del PEP por sí sola porque los bancos comerciales tienen prohibido, entre otros negocios, participar en bienes raíces.
“Considerar que BCR SAFI pueda realizar un uso del activo e instalaciones para su operación y normal funcionamiento resultado un escenario inviable”, señala el mismo texto.
Ninguno de los escenarios es viable
En la medida cautelar el BCR considera inviables los tres escenarios.
El impacto sobre las utilidades llegaría a un 23,85% para el periodo 2025. Además, el Indicador de Suficiencia Patrimonial podría deteriorarse cerca de 24 puntos base (o,24%).
“En los tres escenarios desarrollados deterioran los indicadores financieros del BCR y de BCR SAFI, así como las utilidades”, dice el informe del banco, citado en la medida cautelar.
Como parte de la medida, el banco también alertó de un “grave daño reputacional” que afectaría al Conglomerado Financiero BCR si atiende lo ordenado por Sugeval.
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